La serie AlumNow destaca los logros de exalumnos después de su graduación.
Recientemente conversamos con Rhodes Victoria, quien ahora trabaja como asistente de terapeuta del habla. Lee sobre su trayectoria educativa en Dallas ISD y cómo sus maestros lo inspiraron a retribuir a su comunidad.
¿De qué preparatoria te graduaste y en qué año?
De la preparatoria Moisés E. Molina en el año 2002.
¿Cuál es tu ocupación actual?
Soy asistente de terapeuta del habla en la escuela primaria Felix G. Botello.
¿Cuáles son tus responsabilidades?
Como asistente de terapeuta del habla, mis responsabilidades incluyen llevar a cabo sesiones de terapia individuales y en grupo, enfocándome en áreas como la articulación, la fluidez y el lenguaje.
¿Cuáles son algunos logros destacados en tu carrera o vida personal?
Uno de los aspectos más gratificantes de mi carrera es presenciar las pequeñas mejoras diarias que a menudo pasan desapercibidas para los demás; esos sutiles momentos de “¡ajá!” cuando un estudiante comienza a comprender un nuevo concepto o sonido. Estos pasos pequeños, aunque parezcan insignificantes, son increíblemente significativos y conducen a un progreso duradero. He tenido el privilegio de construir lazos fuertes con mis estudiantes y celebrar hitos importantes, como cuando un niño finalmente domina el sonido de la “r” y se gradúa con confianza del programa de terapia del habla.
Un logro del que estoy especialmente orgullosa es haber iniciado y creado una campaña de GoFundMe para proporcionar tableros de comunicación en los patios de juego de varias de mis escuelas anteriores. Estos tableros ofrecen a los estudiantes no verbales una forma de expresarse y relacionarse con sus compañeros durante el juego, promoviendo la inclusión y la interacción social. Al fomentar que todos los estudiantes modelen y utilicen los tableros, cultivamos una cultura de comunicación y empatía que va más allá del aula.
¿Qué hizo única tu educación en Dallas ISD?
Lo que hizo única mi educación en Dallas ISD fue haber asistido a una de las mejores preparatorias del distrito: la preparatoria Molina. Todo cerró un ciclo cuando tuve la oportunidad de comenzar mi carrera profesional en el mismo edificio donde alguna vez caminé como estudiante. Fue una experiencia surrealista. Más que nada, asistir a Molina me dio las bases e inspiración para retribuir a la comunidad que me formó. Me siento increíblemente afortunada de poder servir a los mismos vecindarios que me moldearon. Llevo ese sentido de orgullo y propósito en todo lo que hago.
¿Quién fue tu maestro favorito en Dallas ISD o cuál fue tu clase favorita? ¿Y por qué?
Es difícil elegir solo a un maestro favorito porque tuve varios que dejaron una huella duradera durante mi tiempo en Dallas ISD. En la escuela primaria Lenore Kirk Hall (ahora Hall Personalized Learning Academy at Oak Cliff), mi maestra de kínder, la Sra. Curtis, fue increíblemente amable y paciente. Ella ayudó a despertar mi amor por el aprendizaje. En la secundaria T.W. Browne, tuve al Sr. Johnson, quien también dejó una gran impresión. Curiosamente, me lo encontré años después cuando estaba sustituyendo en un plantel que yo estaba visitando; eso me trajo buenos recuerdos de estar en su clase.
En Molina tuve muchos grandes maestros, pero mi favorito de todos los tiempos fue el Sr. Sparks. Hacía que aprender fuera divertido y memorable. También debo mencionar a la Sra. Kimm, nuestra directora en ese entonces. Se preocupaba sinceramente por nosotros. Siempre estaba presente en los pasillos y nunca se perdía un partido de fútbol americano. Su dedicación y visibilidad nos hacían sentir vistos y respaldados.
¿Qué consejo le darías a los estudiantes interesados en tu campo profesional?
Si estás considerando una carrera en patología del habla y lenguaje, debes saber que estás entrando en un campo donde tu impacto será sentido de las maneras más significativas. No solo ayudarás a los estudiantes a decir correctamente sus sonidos, sino que los ayudarás a encontrar su voz, a construir confianza y a conectarse con el mundo que los rodea.
Esta es una carrera llena de pequeñas victorias que conducen a momentos transformadores. Desde la primera vez que un niño no verbal utiliza un tablero de comunicación para expresar una necesidad, hasta la alegría en el rostro de un estudiante cuando finalmente domina un sonido difícil: esos son los momentos que hacen que todo valga la pena.
Mi consejo: mantén viva tu curiosidad, sé paciente y lidera con empatía. El camino no siempre será fácil, pero es poderoso. No solo serás un terapeuta, también serás un defensor, un animador, y en muchos casos, una inspiración para toda la vida de tus estudiantes.
