En Thomas Jefferson High School, la banda no solo procura tocar las notas correctas, sino también aprender habilidades que les servirán mucho después de que la música se acabe.
“He aprendido sobre gestión del tiempo, seguridad en uno mismo y preparación”, dijo Marianee A. “Gestión del tiempo en agendar citas y asegurarme de que encajen con otros eventos, seguridad en mí misma luego de tocar frente al público y jueces y, por último, preparación. Creo que la preparación es el más valioso porque lleva al éxito”.
Karla R., líder de la banda, dijo que ha mejorado en liderazgo y comunicación, lo cual la ha ayudado en los papeles que desempeña en la preparatoria y más allá.
“Soy parte del consejo de la banda, soy vicepresidenta, encargada de redes sociales y bibliotecaria de la banda. Todos estos títulos me han dado un propósito para ayudar y liderar a los demás en lo que necesiten”, dijo.

“He aprendido muchas lecciones de vida como el cuidarme a mí mismo, fracasar es parte del progreso y que no me voy a despertar un día siendo el mejor en mi instrumento. Tengo que esforzarme”, dijo. “En banda uno aprende a valerse por sí mismo y aprende de uno mismo en el proceso”.
Marianee, Karla y Kevin estuvieron entre varios estudiantes que participaron en una reciente presentación del distrito conocida como Solo and Ensemble Musical Festival.
El evento anual es un paso importante para los jóvenes músicos que les da la oportunidad de tocar una pieza como solistas o de colaborar en un conjunto pequeño ante un panel de jueces. Sus actuaciones sirven como preparación para las futuras competencias, y son ocasión de refinar sus habilidades y ganar experiencia valiosa.
Más allá de la música, el festival, que se realizó en TJ este año, refuerza habilidades clave para la vida, como la colaboración, la perseverancia y la administración del tiempo que los estudiantes aprenden en clase.
“Es una oportunidad para retarnos a nosotros mismos y enfrentar piezas musicales que creíamos no poder tocar. Motivarse a tocar una pieza complicada solo ayudará a mejorar las habilidades”, dijo Marianee. “Algunas piezas que me causaron duda al principio resultaron ser la razón por la que mi rango, mi tono y mis habilidades de tocar una pieza a primera vista mejoraron enormemente. También me ha dado mucha confianza. Tocar frente a un juez da miedo al principio, pero luego de unas cuantas veces, se vuelve más fácil, pues uno se vuelve más confiado”.
En TJ, los integrantes de la banda dicen que han creado una sensación de pertenencia y comunidad, y que algunos de sus recuerdos favoritos de preparatoria son de la banda.
“La competencia de marcha ocupa un lugar especial en mi corazón por las lágrimas de alegría y de esfuerzo que nosotros, como banda, derramamos. Tengo tantos recuerdos con personas que quiero y que me importan”, dijo Marianee.
Marianee, quien se apuntó en banda en secundaria, dijo que eran las personas y los largos ensayos que la hacían regresar año tras año.
“Todo el tiempo nos esforzamos por mejorar como grupo, y aunque puede ser estresante, el resultado vale la pena. Los ensayos se llenan de misterios porque no solo practicamos, vivimos momentos inolvidables”, dijo. “Tengo muchos recuerdos de las prácticas, como durante la temporada de marcha cuando descansábamos para tomar agua o en temporada de concierto cuando comemos una merienda o esperamos a que nos recojan”.
Karla, cuya hermana fue quien la inspiró a unirse a la banda, da un consejo a los estudiantes que quieren participar: atrévanse.
“Pueden tocar un nuevo instrumento y tocar sus canciones favoritas. Hagan estas actividades nuevas e inesperadas”, dijo. “Ganarán confianza en sí mismos y un propósito para liderar y hacer las cosas mejor”.