Todos los días, Madeleine Menchaca ve a sus estudiantes de prekínder alternar sin problema alguno de un idioma a otro al aprender, jugar y conversar.
Como maestra de lenguaje dual en Walnut Hill International Leadership Academy, Menchaca lidera un salón de clases en que el español y el inglés se entretejen naturalmente en cada lección.
“Me encanta verlos aprender cada idioma y ver su desarrollo”, dijo. “Son muy curiosos, y es muy impresionante lo mucho que crecen a lo largo del año”.
Originaria de Puerto Rico, Menchaca dijo que los estudiantes del programa de lenguaje dual a menudo empiezan el año hablando solo un idioma, pero que pronto empiezan a hablar en oraciones completas en el otro.
En el salón de lenguaje dual, la mayoría de la enseñanza se imparte en español. Y, al juntar hispanohablantes y anglófonos, cada uno aprende algo del otro.
“Aprenden del otro y se apoyan mutuamente”, dijo Menchaca. “Tiene que venir de ambos lados, si no, no es bilingüismo de verdad”.
En WHILA, los padres con hijos en prekínder pueden elegir entre dos programas bilingües: el de español y el de chino mandarín. Mientras que el programa de español es completamente inmersivo, el de chino es mitad inglés, mitad mandarín.
Al ser inscrito en lenguaje dual, el estudiante se compromete a permanecer en el programa hasta quinto grado. Luego en secundaria tiene la opción de continuar hasta octavo. Muchos permanecen en el programa hasta ir a preparatoria, dijo el Dr. Philip Meaker, director.
“A los padres les encanta. Cuando sus hijos están pequeños, aprenden más rápido el segundo idioma”, dijo. “Esto les activa otra parte del cerebro. Ser bilingüe, o incluso trilingüe, es una necesidad el día de hoy”.
Además de poder hablar más de un idioma, ser multilingüe les enseña otras habilidades como la adaptabilidad y la perseverancia, dijo Meaker.
“Sus mentes son más adaptables y pueden consumir mucho más, lo cual les ayuda a aprender otras cosas”, dijo. “Nuestros estudiantes de lenguaje dual son más hábiles en sus cursos generales, en parte porque saben dos idiomas. Lidiaron con la dificultad de aprenderlos”.
Menchaca coincide.
“La adquisición de idiomas ayuda el cerebro a asimilar más cosas y lo hace a uno más inteligente. Aprender un idioma diferente, y estar expuesto a diferentes culturas, ver otras prácticas, ayuda con la empatía y la autoconfianza”, dijo. “Cuando uno adquiere una mentalidad global desde joven, uno aprende que aquellas personas que hablan un idioma distinto en realidad son iguales a uno”.
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