Presentado por el Departamento de Actividades Estudiantiles
El programa de porristas de Dallas ISD consta de más que solo cantos y acrobacias. Es un programa de liderazgo, seguridad en sí mismo y comunidad.
Esto se demostró cuando más de 50 equipos de animadores de todo el distrito se reunieron para un concurso de porristas de secundaria y otro de preparatoria. Ambos se realizaron en Ellis Davis Field House, donde el estadio se llenó de energía, trabajo en equipo y orgullo.
Estos concursos sirven como un paso crucial en el camino al Campeonato Estatal de Animación de la UIL, donde los equipos de Dallas ISD dan lo mejor de sí a nivel regional y estatal. Los concursos, diseñados como práctica, dan a los estudiantes la oportunidad de presentarse en un ambiente competitivo y refinar sus rutinas, perfeccionar el ritmo y recibir comentarios valiosos de los jueces.
“Este evento es una oportunidad para que nuestros porristas crezcan”, dijo Lennon Formaggini, coordinador de animación de Actividades Estudiantiles. “Se trata de desarrollar la confianza, aprender a trabajar como equipo y mostrar orgullo escolar”.
El programa de animadores empodera a los estudiantes de varias maneras.
“Aprenden responsabilidad y liderazgo”, dijo Kyre Walker, profesor de animación en D.A. Hulcy STEAM Middle School. “Nuestros porristas son ejemplos a seguir. Lideran a sus compañeros en espíritu, compromiso y disciplina”.
Dallas ISD lanzó el programa de porristas para que los estudiantes de cada nivel, desde primaria hasta preparatoria, tuvieran acceso a entrenamiento estructurado, mentores y oportunidades competitivas. Cada evento provee a los estudiantes una plataforma para mostrar no solo sus habilidades atléticas sino también su trabajo en equipo, su perseverancia y su espíritu escolar.
Ahora que los equipos ponen la mira en la próxima competencia de porristas y el campeonato de la UIL, la emoción y el orgullo que desarrollaron en Ellis Davis hacen eco en los pasillos de nuestras escuelas. Para muchos de estos animadores, la experiencia va más allá de las prácticas, pues aprenden sobre el poder que tienen su voz, el trabajo en equipo y la dedicación.
“Verlos presentarse nos hace recordar por qué organizamos estos eventos”, dijo Formaggini. “Además de aprender rutinas, los porristas aprenden habilidades para la vida que recordarán mucho tiempo después de que la música pare”.
