Cuando Chloee A. llegó a Dallas en medio de sus estudios de secundaria, no conocía a ninguno de sus compañeros.
Había perdido a su padre, se había ido de la única ciudad que conocía y estaba entrando en un nuevo sistema escolar durante el punto más agudo de la pandemia.
Pero en cada pasillo nuevo, llevó consigo la misma perseverancia que definió el tiempo que pasó en James Madison High School.

“Yo me puedo adaptar a cualquier cosa”, dijo. “Si me avientan al mar, flotaré”.
Su historia comienza en Houston, donde pasó la mayoría de su niñez ayudando en casa mientras su padre luchaba con una enfermedad del corazón.
Luego de que su padre falleciera en 2019, se mudó a Dallas con su familia, y aprendió pronto a adaptarse, primero a sus clases virtuales en W.E. Greiner Exploratory Arts Academy, luego al aprendizaje presencial bajo las restricciones del COVID-19.
En noveno grado, Chloee ya practicaba varios deportes, pues competía en básquetbol, vóleibol, sóftbol y en atletismo.
Cuando su familia se mudó al sur de Dallas, se trasladó de Dr. L.G. Pinkston Sr. High School a James Madison High School, justo cuando empezaba su mayor desafío hasta la fecha.
Chloee había practicado deportes durante más de un año con lo que los doctores descubrieron que era un ligamento cruzado anterior completamente roto.
Este diagnóstico significó una cirugía y meses usando muletillas en una nueva escuela donde conocía solo unas pocas caras.
“Estaba en shock porque estaba ilusionada con todo lo que iba a hacer, y me hizo mucho daño porque me acababa de cambiar de escuela”, dijo.
Ahora en su último año de preparatoria, Chloee ha regresado completamente recuperada, jugando vóleibol, básquetbol, sóftbol, golf, fútbol bandera y practicando atletismo.
Sus compañeros la reconocen indudablemente por su energía. Como mide casi un metro ochenta, es imperdible en los pasillos, y a menudo comparte una risa o conversación con los demás.
Luego de graduarse, Chloee espera obtener una beca universitaria para jugar vóleibol, pero su visión también va más allá.
“Quiero poner mi propia empresa de transporte de carga y ser empresaria”, dijo. “Veo la vida como una oportunidad, y la mayoría de personas no ven la oportunidad que la vida da”.
Para Chloee, el éxito no es evitar dificultades: es atravesarlas.
Esté jugando deportes, asistiendo a clases o ayudando a sus hermanas menores, ella continúa abriéndose un camino arraigado en la independencia, la familia y el avance.
“Siento que la persona que soy es la adecuada para ser jefa, y no es que lo intente, me es natural”, dijo. “Quiero alzar la voz por las personas que me rodean, porque es lo que hice cuando llegué a Madison. Soy la persona a la que siempre acuden. Siento que tendría una buena voz y buenas decisiones para los demás, sobre todo viniendo del sur de Dallas, nadie nos considera ni nos echan flores”.
En Madison, su historia se ha vuelto parte de un legado cada vez más grande de estudiantes que dan la talla en cualquier desafío. Y como muchos otros que la precedieron, ella no necesita anunciar lo fuerte que es: es cuestión de solo observarla.
