En Downtown Montessori at Ida B. Wells Academy, los estudiantes son líderes: eligen sus trabajos, se apoyan entre ellos y aprenden en la práctica todos los días.
“Es una gran escuela”, dijo Grayson H. “Aprendo mucho y es divertido enseñar a los más pequeños”.
Grayson llegó a Ida B. Wells en prekínder. Ahora que está en tercer grado, planea quedarse más tiempo.
“Me encanta esta escuela. Es una gran comunidad”.
Como la primera escuela Montessori en el centro de Dallas, Ida B. Wells recibe a estudiantes de prekínder a séptimo grado. La escuela se ampliará en los años venideros, y abrirá sus puertas a estudiantes de octavo grado el año escolar 2026–2027.
Titus B., de quinto grado, dijo que lo que más le gusta son las clases de arte y música.
“En arte aprendo sobre obras famosas y cómo ser artista. En música aprendo a cantar y, en la biblioteca, aprendo sobre la importancia de la lectura y a codificar”, dijo.
Ubicada en el corazón del centro de la ciudad, la luz natural llena los salones de la escuela a medida que los estudiantes empiezan sus clases. Los maestros, conocidos como “guías”, preparan múltiples actividades prácticas y teóricas que cubren conceptos generales, y preparan a los estudiantes para escoger en lo que quieren trabajar.
“Me gusta la manera en que Montessori permite a los niños trabajar”, dijo Leslie Brisendine, maestra de primaria. “Observamos a los niños y los ayudamos según vayan desarrollándose”.
Brisendine, quien tiene 20 años de experiencia como maestra, conoce tanto el método Montessori como la educación tradicional. Prefiere Montessori porque le da la flexibilidad de trabajar con cada estudiante a su nivel.
En la mayoría de los salones, un plan de estudios fijo puede dejar a algunos estudiantes esperando para avanzar mientras que otros necesiten más tiempo para alcanzar a sus compañeros. Los salones Montessori imponen otro método, pues se permite que los estudiantes aprendan a su propio ritmo con un nivel de apoyo o rigor adecuado. Los maestros se quedan con el mismo grupo de estudiantes durante varios años, así que inician cada año ya familiarizados con el progreso de cada niño.
Los salones también son compartidos entre estudiantes de varias edades y grados. Esta modalidad les permite no solo aprender uno de otro, sino también habilidades como la comunicación y la colaboración desde temprana edad.
“Reunir a varios niños según su edad y capacidades es fenomenal”, dijo April Blair, quien enseña a estudiantes de los primeros grados de primaria. “Un niño de seis años puede trabajar en actividades de segundo o tercer grado. Puede que no lo pueda hacer inmediatamente, pero como ya está adentrado, aprenderá lecciones más rápidamente porque ya conoce algo”.
Ricardo Castillo Sánchez, director de Ida B. Wells, dijo que la educación Montessori ayuda a los estudiantes a ser personas completas desde temprana edad.
“Son responsables, sociables y seguros de sí. Estas son todas habilidades que necesitan para la vida”.
Brisendine y Blair coinciden.
“La meta final es crear paz y aprender a funcionar dentro de una comunidad. Aprenden a tener gracia y cortesía, a interactuar uno con otro y a cuidarse”, dijo Brisendine. “Montessori tiene el fin de formar a niños completos en todas las áreas: social, emocional y académica”.
Para saber más sobre Ida B. Wells, no se pierda Descubre Dallas ISD el sábado, 1 de noviembre, en el Fair Park Automobile Building.