Luego de que Sam Tasby Middle School recibiera una clasificación de D de parte de la Agencia de Educación de Texas (TEA) dos años atrás, la directora Nesha Maston sabía que algo tenía que cambiar.
“Estábamos un poco desanimados, pero en lugar de aceptar la derrota, nos levantamos e hicimos lo que teníamos que hacer”, dijo.
Tasby empezó el año escolar 2024–2025 con la meta del distrito, de subir solo un nivel, pero Maston confiaba en que sus maestros y estudiantes podían con más. Y así fue.
La escuela no solo recibió una B en el examen STAAR, sino también celebró que obtuvo la puntuación de la TEA más alta en casi 20 años, y con siete distinciones.
El primer paso que tomaron, dijo Maston, fue dar a los maestros el apoyo y los recursos que necesitaban para tener éxito. Esto incluyó entrenamientos en el momento, en que recibían comentarios y sugerencias en tiempo real.
“Si iba a un salón, ellos sabían que iba para apoyar, no para evaluar”, dijo.
Maston también se enfocó en empoderar a los maestros con las herramientas y la formación necesarias para llevar a los estudiantes al éxito. El desarrollo profesional, a menudo dirigido por colegas maestros, les permitió practicar lecciones con compañeros y recibir sugerencias inmediatas.
Estas capacitaciones son la base del éxito, dijo Alan Shaw, maestro de Inglés y Artes del Lenguaje de sexto grado.
“Crean un espacio seguro para que todos compartan las mejores prácticas”, dijo. “Es un gran lugar para que los maestros aprendan uno de otro”.
Él, junto con Jennifer Williams, maestra de matemáticas de secundaria, dirigen sesiones de capacitación profesional.
Haber recibido una clasificación baja el año anterior fue como una alerta, dijo Williams.
Su estrategia para el siguiente año fue ver qué era lo que los estudiantes ya sabían y desarrollar ese conocimiento. También alentó a los maestros de matemáticas a explicarles a sus clases la manera en que el conocimiento previo se vuelve una base sobre la que aprender nuevas cosas.
Otro componente clave del éxito en Tasby fue empoderar a los estudiantes y celebrar sus logros.
“Conocemos su potencial y lo que pueden hacer”, dijo Williams.
En lugar de exigir resultados, la directora los motiva a mantener vivo el impulso. Los estudiantes conocen sus datos y sus metas, lo que los hace sentirse dueños de su aprendizaje.
“Les estamos enseñando, pero en realidad les estamos dando esperanza y seguridad en sí mismos”, dijo Williams.
Cuando los alumnos tienen confianza, darán la talla porque saben que pueden hacer muchas cosas, por más difíciles que sean, agregó.
“Es importante que establezcamos esos lazos porque estos van más allá que el contenido. Si un estudiante llega a confiar en mí, hará lo que sea por hacerme feliz”, dijo Williams.
Para Shaw, lo importante es dejarles saber que son más que una puntuación en un examen.
“Les suelo decir que los quiero ver crecer, colectivamente, generalmente”, dijo. “Estamos haciendo todo lo posible por asegurarnos de que cuando sean grandes, sean unos ciudadanos decentes. No todo se trata de resultados en los exámenes”.
Lillie Tasby, hija del hombre que le dio nombre a la escuela, da crédito a la directora Maston por liderar el reciente salto de dos niveles.
“Eso dice mucho de nuestra directora”, dijo. “Es estricta, pero es por una razón. Los niños necesitan eso, y necesitan una buena formación académica”.
Si bien alcanzar la B fue todo un logro, Maston dice que la labor continúa. Junto con su equipo, tiene la mira puesta aún más alto, y espera recibir una clasificación de A para el año escolar 2025–2026.