South Oak Cliff High School prueba año con año por qué le dicen “La Meca”.
La escuela, celebrada durante mucho tiempo por su éxito deportivo, también está logrando grandes avances académicos. Los últimos resultados del STAAR muestran la fortaleza de los estudiantes y las estrategias pedagógicas.
En dos años, SOC subió por dos niveles, y le faltó tan solo un punto para obtener una clasificación de A para el año escolar 2024–2025.
Willie Johnson, quien regresó a SOC como director después de ser maestro y entrenador, dijo que los resultados representan un cambio en las expectativas hacia los estudiantes del sur de Dallas. Por años, agregó, los estudiantes del sur de Dallas fueron reconocidos por su talento deportivo, pero no siempre se consideró su potencial académico.
“El informe dice que sin importar las dificultades que uno atraviese, los ingresos de su familia, sus circunstancias, cuando se crea un gran entorno y se ofrece el apoyo indicado, entonces no importa dónde vivan, los jóvenes rendirán igual que los de otras partes de la ciudad”.
Para Nina Atai, maestra líder del departamento de matemáticas, los estudiantes de SOC tienen un nivel singular de comodidad y seguridad en sí mismos.
“La mayoría de los estudiantes les tienen miedo a las matemáticas”, dijo. “Como educadores, pasamos las primeras semanas infundiéndoles confianza para las matemáticas. Premiamos el esfuerzo y la participación esas primeras semanas, así como su voz. Nuestro objetivo es que todos los estudiantes cumplan con el nivel de su grado con lecciones que alcancen sus necesidades”.
Entre los métodos más eficaces, dijo, están el de “screen-to-scratch” y la estrategia “15 en 15”, en que los estudiantes deben resolver 15 preguntas en 15 minutos al comenzar la clase una vez que se hayan enseñado todos los conceptos.
“Vimos que esto los llevaba a pensar y les exigía recordar las habilidades y los conceptos que se les había enseñado”, dijo. “Esto les dio mucha confianza, pues pudieron concentrarse en la información y las habilidades que ya saben y llevar más allá sus fortalezas”.
La colaboración entre maestros ayudó a que esas estrategias fueran exitosas. Los instructores de Álgebra I compartieron periodos de planificación para equiparar sus lecciones.
Johnson cree firmemente que la moral ayuda mucho, y para él, tres principios definitivos han formado su proceder.
“Siempre supe que había potencial sin explotar. Cuando llegué como director, avisé al personal que quería hacer tres cosas: mejorar la cultura, crear sistemas sostenibles y mejorar los resultados”, dijo.
Esos sistemas, explicó, fueron diseñados para cumplir con las necesidades de los estudiantes tanto a nivel personal como académico. Los clubes y las actividades extracurriculares se volvieron esenciales para que los estudiantes tuvieran un sentido de pertenencia, con expectativas académicas claras para poder participar.
A través de estas nuevas inversiones en la cultura escolar, los estudiantes encontraron una razón por la cual mantenerse dedicados a La Meca, y ese compromiso se tradujo en mejores resultados en el STAAR.
Los auspiciadores y los entrenadores son más que instructores: son mentores que motivan a los estudiantes a cumplir con altas expectativas.
“Se suele decir que la enseñanza es la prioridad. Nosotros lo pusimos del revés porque el sentido de pertenencia es lo que nos da la oportunidad de ser sus mentores”, dijo Johnson. “Cumplimos con sus necesidades. Sabemos que si los jóvenes no tienen lo básico, no tendrán éxito. Sabemos que lo que más necesitan es sentir que pertenecen”.