Cuando a Lisa Whitaker se le ocurre una idea, entra directamente en acción. Así que cuando se preguntó este año por qué no se ofrecen más clases de lengua de señas americana (ASL, por sus siglas en inglés), empezó a buscar la manera de crear más oportunidades para presentarles el idioma a los estudiantes.
Su idea fue organizar el primer campamento de verano de ASL del distrito para estudiantes de primaria.
“Existe un campamento de verano de educación física y salud, pero no de ASL hasta noveno grado. Eso les da solo cuatro años para aprenderlo, lo que limita su dominio del idioma”, dijo Whitaker, directora de Enriquecimiento Académico y Apoyo. “Los estudios muestran que los niños aprenden lenguas mejor porque sus sinapsis aún están en desarrollo. Sus cerebros son muy maleables”.
Esta no es la primera vez que Whitaker aprovechó una idea para empezar una iniciativa. En los últimos años, ha desarrollado un plan de estudios sobre la seguridad en el agua para estudiantes de segundo grado, distribuido botiquines de primeros auxilios a 245 salones de educación física y empezado campamentos de educación física y salud. Actualmente está diseñando cursos de verano para salvavidas y de actividades al aire libre para el distrito.
Sus ideas provienen de su mente inquisitiva, alimentada por su familia de educadores.
Sus abuelos maternos, quienes trabajaron como director e instructora en un pequeño pueblo segregado en el sur de Estados Unidos en la década de 1940, tenían maestrías en una época en que la educación superior rara vez se alcanzaba en la comunidad afroamericana.
Perpetuando el legado familiar, su madre también obtuvo su maestría y enseñó en Charles Rice Learning Center y en la entonces llamada James Hogg Elementary School. Whitaker asistió a escuelas de Dallas ISD y se graduó de David W. Carter High School. Ella incluso sobrepasó los logros académicos de su familia y completó su doctorado en salud y política comunitaria en la Universidad del Norte de Texas.
“Si se me viene una idea, es como un regalo que debo compartir”, dijo Whitaker. “La educación ha sido una oportunidad para mi familia, y es la oportunidad que me han dado a mí. Ahora es mi turno para darle ese regalo a alguien más, lo que haré de forma creativa para que cualquiera pueda aprovecharlo”.
Esta mentalidad fue lo que la llevó a crear el campamento de verano de ASL. Realizado en Harry Stone Montessori Academy, el campamento, que se ofreció durante el mes de junio, se combinó con otro de deportes y se dividió en dos secciones.
“Todos los niños que se apuntaron en deportes también recibieron la experiencia de ASL, lo cual me encantó”, dijo Whitaker.
Whitaker dijo que dos estudiantes en particular se han beneficiado del programa: un niño con pérdida auditiva y una niña oyente cuya madre es sorda.
“La alegría que este niño, quien está perdiendo el oído, ha mostrado durante el programa es magnífica”, dijo Whitaker. “Estábamos en su mundo, entendiendo cómo aprende y experimenta las cosas, en lugar de que él esté en el nuestro teniendo que explicar por qué es diferente cuando literalmente todos somos iguales. Solo pasa que él tiene otra forma de comunicarse”.
Whitaker ve la vida como una gran oportunidad para aprender e impartir conocimiento en los demás, dijo. Antes de ser directora, enseñaba ciencias en D.A. Hulcy STEAM Middle School y en Wilmer-Hutchins High School, y luego trabajó como entrenadora académica escolar en Justin F. Kimball High School.
“Mi don es tomar algo que es muy complejo y hacerlo más fácil de entender, más práctico, y eso es lo que me encantaba hacer por mis estudiantes”, dijo.
Trabajar con estudiantes que batallaban para aprobar el examen STAAR de ciencias, ya sea porque habían sido marginados históricamente o que fueran recién llegados al país, fue uno de sus mayores logros como docente, dijo.
“Que un estudiante que nunca había aprobado el examen venga y te dé las gracias es uno de los mejores sentimientos de la vida”, dijo.
Whitaker dijo que cree que los educadores son una parte de muchas historias, y que incluso si sus legados no llegan a ser más que una sola página, al menos será una página a la que los demás puedan acudir.
“Somos parte de una gran historia: somos una página de un libro gigante, no un capítulo. Si nos sale bien nuestra página, hay quienes se beneficiarán de esa información”, dijo.