Durante 100 años, W. H. Adamson High School ha ostentado un trofeo de JROTC que es prueba de su legado, de su tradición y es símbolo de la excelencia que depara el porvenir.
Conocido originalmente como el Cuerpo de Cadetes de Dallas, el programa de JROTC de Adamson es el más antiguo de Dallas ISD. Establecido en 1915, los estudiantes en un principio debieron comprar sus propios uniformes y equipo. Esto cambió en 1916 cuando la Ley de Defensa Nacional hizo del JROTC un programa financiado por el gobierno federal.
A lo largo de su distinguida historia, muchos miembros del programa en Adamson han pasado a prestar servicio por su país con orgullo.
Esto incluye a los siguientes:
- Samuel David Dealey: Comandante de la Armada de Estados Unidos que falleció en combate durante la Segunda Guerra Mundial.
- Alfred Coffey: Oficial de infantería en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial que recibió la Estrella de Plata, la Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura.
- Robert Bearden: Veterano de la Segunda Guerra Mundial que sirvió en la 507.ª División de Infantería Paracaidista del Ejército de los Estados Unidos durante el Día D.
- Lon Oakley, Jr.: Veterano del Ejército de los Estados Unidos que se desempeñó como líder de comando de infantería durante la guerra de Vietnam.
Hoy, un siglo después, los estudiantes de Adamson que participan en el programa de JROTC llevan adelante el legado de sus antecesores, y hacen todo lo posible por hacer perdurar ese legado.
“Me da orgullo saber lo que se ha cumplido”, dijo Adileny L. “Me hace querer seguir adelante”.
Adileny, quien va en grado 11, se apuntó al programa en noveno grado con el objetivo de aprender a ser líder.
Ella, junto con Miguel R., Fernando H., Jamie R., Leslie P., Lisa R., Jamie M., Fernanda C. y Alexis N., es miembro del cuerpo de liderazgo.
Estos estudiantes, seleccionados por sus instructores, representan lo mejor de lo mejor, y se les anima a hacerse cargo del programa y servir como mentores.
Muchos de estos estudiantes líderes fueron inspirados por sus familiares a unirse a JROTC, pues habían participado en un programa similar en preparatoria. Así, llevan adelante una tradición mientras dejan un legado de excelencia en Adamson y en todo el distrito.
“Mis primos y mi tía estuvieron en el programa, así que cuando llegué a la preparatoria, pedí esta clase”, dijo Jamie M., de grado 12. “Es una de las mejores decisiones que he tomado”.
Miguel y Fernando, de 12.º grado, tienen historias similares.
“Mi mamá asistió a Adamson, y me dijo que debería apuntarme en JROTC”, dijo Fernando.
Los casi 200 estudiantes del programa, unidos por su experiencias compartidas y una pasión en común, han formado lazos estrechos que los hacen sentir como en familia.
Los salones de JROTC se han vuelto un espacio seguro incluso para los estudiantes que no están en el programa, pero que saben que pueden apoyarse en los instructores y los demás estudiantes cuando les hace falta ánimo.
Además de participar en programas como “color guard”, tiro con arco, tiro al blanco y orientación deportiva, los cadetes desempeñan voluntariados en su comunidad y en eventos como el desfile del Día del Veterano y proyectos de aprendizaje servicial.
Un nuevo enfoque del programa es el STEM. Hoy en día, los cadetes pueden elegir entre actividades como robótica, drones, ciberseguridad y codificación. De hecho, Adamson terminó en tercer lugar luego de la primera competencia de robótica JROTC del distrito.
Jeffrey Forbish, sargento e instructor, dijo que estas oportunidades atrajeron a más estudiantes.
“Hay quienes se unieron porque estaban interesados en STEM”, dijo. “El programa se ha abierto para muchos estudiantes que quizás no se hubieran unido antes”.
Si bien algunos cadetes no tienen pensado enrolarse después de graduarse, dicen que las habilidades sociales que adquieren en el programa, como la perseverancia, la resolución de conflictos y la administración del tiempo, les servirán en la siguiente etapa de sus vidas.
También buscan animar a otros estudiantes a aprovechar e inscribirse en JROTC.
“Háganlo”, dijo Miguel. “No hace falta que traigan nada; solo anímense”.