Robin Pattillo es el alma del salón más grande de Lakewood Elementary School: la biblioteca. Lleva dos décadas como bibliotecaria de la escuela, administrando ese espacio lleno de luz natural y capturando la imaginación de los estudiantes con lecturas y cuentos.
“Me encanta estar en la biblioteca porque es un lugar en que los niños tienen un poco más de libertad para aprender sobre lo que les interesa. Me gusta ver su desarrollo conforme cambian sus intereses con los años”, dijo.
Pattillo, quien creció con dos padres educadores, pasó su infancia en salones de clase. Este acercamiento temprano al aprendizaje sentó las bases de su compromiso vitalicio con la educación.
Pattillo se mudó a Dallas en 1996 y empezó a trabajar como educadora luego de licenciarse en McMurry University. Con solo 22 años, enseñó Inglés e Historia, y se unió a Lakewood Elementary en 2000. Pattillo obtuvo su maestría en Bibliotecología en Texas Woman’s University.
“Las cosas cambian constantemente en la educación”, dijo Pattillo. “Me convertí en bibliotecaria después de enseñar en preparatoria y en sexto grado. Aunque no preparo lecciones completas, igual enseño unas más breves, interactúo con todos los grados y veo en qué nivel están y lo que les gusta. Eso ha sido divertido, y me siento muy afortunada”.
Con cinco o seis clases al día, Pattillo dijo que tiene el privilegio de interactuar con cada estudiante de la escuela.
“Enseñar kínder es probablemente lo que más me ha gustado de mi trabajo porque los niños cambian muy rápido”, dijo. “Miramos los dibujos mientras yo les leo. Con el tiempo, veo lo mucho que crecen con la ayuda de sus profesores. Los estudiantes están muy felices todos los días”.
Pattillo prepara espacios cautivadores en la biblioteca en que los estudiantes pueden explorar sus intereses, como la robótica, usando Legos.
“Pueden ser creativos, resolver problemas, aprender a escucharse uno a otro y tomar turnos. Esto les permite explorar nuevas cosas fuera del salón”, dijo.
Pattillo también les brinda una variedad de actividades complementarias, tales como cuidar del jardín escolar, dibujar con lápices 3D y aprender codificación.
La parte que más le gusta de la biblioteca es un viejo sillón colorido, una reliquia de la antigua biblioteca previa a las renovaciones. Pattillo siente que este sillón único es el centro del espacio y representa los 25 años de crecimiento y cambio por los que ha pasado como educadora en Lakewood Elementary.
“Procuro inculcar en los estudiantes un orgullo por la biblioteca y enseñarles a cuidar de este espacio. Todos deberían poder entrar y sentirse bien de estar aquí”, dijo Pattillo.