Durante años, las instalaciones punteras de cine y música en New Tech High School at B.F. Darrell se dejaron de usar, hasta que Trenton Starks les infundió nueva vida cuando se convirtió en el maestro de cine de esa escuela.
La especialización de cine, que Starks dice es una joya oculta de Dallas ISD, fue la visión de Channel Hutchinson, directora de New Tech.
“En un principio, la especialización solo era de animación”, dijo Hutchinson. “Trabajé con el liderazgo escolar para agregar una especialización en cine. Ahora tenemos cine, animación y videojuegos”.
Starks tomó las instalaciones y creó un programa de cine integral, además de un festival de cine estudiantil. Esto ha dado a los estudiantes acceso a un estudio profesional, a un set de grabación, a oportunidades de hacer contactos profesionales y a experiencias cinematográficas.
“Cuando llegué, comencé por enseñar a los estudiantes a editar”, dijo Starks. “Les dije que hay que caminar antes de aprender a correr. Los puse a grabar y contar sus propias historias. Un dicho que repetimos mucho aquí es ‘creación sin límites’”.
Como exdeportista, Starks quería ser entrenador y creía que su carrera iría en dirección a los deportes. Después de asumir proyectos creativos y crear historias visuales sobre los deportes que ama, empezó a descubrir su verdadera pasión para los medios de comunicación y el cine.
Este giro de carrera lo llevó a convertirse en maestro en New Tech, donde ha aprovechado sus últimos cuatro años de experiencia docente, además de sus conocimientos en mercadotecnia creativa, software y videografía, para establecer el programa de cine, el cual encaja bien con la estrategia educativa de la escuela.
Starks recibió el reconocimiento “Teacher of Promise” de 2024–2025 de su escuela, pues se ha destacado tanto en el aula como en la comunidad. “Toda la escuela usa el aprendizaje basado en proyectos”, dijo Starks. “Enfatizamos la colaboración, así que cada proyecto que hacen, lo hacen como equipo”.
Starks elaboró un plan de estudios para estudiantes que los guía por el proceso completo de rodaje, desde el concepto hasta la posproducción.
“Para empezar, les enseño a hacer un tratamiento y una sinopsis conceptual”, dijo. “Aprenden a crear un guion gráfico. Aprenden a hacer guiones escritos y tableros de inspiración”.
Starks da a los estudiantes autonomía respecto a sus equipos de producción, lo que les recuerda la importancia de comprometerse con sus roles.
Luego de pasar su primer año sentando las bases del programa, Starks vio una oportunidad y una necesidad para que los estudiantes presenten su trabajo.
En abril de 2024, la escuela organizó su primer festival de cine. Tuvo lugar en el auditorio e incorporó todos los elementos de un festival, como las pancartas y la alfombra roja.
“Queremos que tengan la oportunidad de ver cómo es ir a un festival de cine”, dijo Starks, “de estar en el foco y que puedan expresarse”.
Este año, el festival de cine tendrá lugar fuera de la escuela, en el Bishop Arts Theatre Center, donde los alumnos podrán presentar su trabajo a la comunidad y a otros.
Gracias al éxito del año pasado, Starks ha estado trabajando en agrandar el programa. Ha creado oportunidades para que los estudiantes preparen un sólido portafolio y currículum vítae. Los estudiantes también han participado en pasantías con el Pegasus Film Festival, el cual es el mayor festival de cine dirigido por estudiantes del país, localizado convenientemente en Dallas.
“Animo a los estudiantes a que vayan a la universidad, pero a la misma vez estoy dándoles opciones a aquellos que no lo harán”, dijo Starks.
Al ayudar a sus estudiantes a triunfar en la industria, Starks también está creando representación.
Según el reporte de diversidad de UCLA Hollywood, el 6 % de escritores, directores y productores del país son afrodescendientes. Starks dijo que espera cambiar eso al enseñar a sus estudiantes diferentes maneras de relatar sus historias. Los reta a encontrar valor en su cotidianidad a través de la escritura, la literatura, la cinematografía o el diseño de sonido.
Como maestro, también aporta al incremento en la representación de hombres afroamericanos en el salón de clase, pues solo el 1.3 % de educadores son hombres afroamericanos.
“Prefiero trabajar donde están las minorías, sobre todo porque la primera preparatoria en la que enseñé en Luisiana era 90 % afroamericana”, dijo. “No tuve ningún maestro afroamericano de niño. No quiero que lo mismo les pase a mis alumnos. Quiero que tengan un maestro afroamericano hombre; uno joven que se parezca a ellos. Quiero estar a su lado conforme progresan”.