Entre las páginas de su nuevo libro “Namaste, Y’all”, Smriti Adhikary, maestra de primer grado en Margaret B. Henderson Elementary School, cuenta la historia de Gayatri, una niña que se adapta a la vida en Estados Unidos luego de dejar Nepal. En la misma escuela, la autora y bibliotecaria Kena Sosa ha servido de guía para Adhikary en su primera experiencia como autora.
“Estoy muy contenta de poder trabajar con otra autora. Hemos hablado de organizar firmas de libros y de lo que la inspira a escribir. Tiene muchas historias que contar. Espero que se siga inspirando para escribir”, dijo Sosa. “Ser autora es un ciclo de aprendizaje y reaprendizaje, así que me hace ilusión verla tener éxito a lo largo del año escolar”.
Inspirada por otras maestras vueltas autoras en Instagram, mientras Adhikary se encontraba aburrida un verano, escribió su primer manuscrito a partir de experiencias personales. El personaje principal, quien lleva el nombre de su madre, batalla con el choque cultural el primer día de clases en su nueva escuela.
“Como maestra en un área de bajos recursos, y siendo minoría yo misma, me parece que hace 11 años no había muchos libros sobre la diversidad”, dijo. “Lentamente, en los últimos años, se han escrito libros inspirados en culturas asiáticas y han hecho un buen trabajo con el Ramadán, con el Diwali, pero como soy del sur de Asia, y mis padres son de Nepal, quería poner a Nepal en el mapa”.
Para Sosa, la inspiración nace de observaciones de sus alrededores y al formar relaciones con otras personas.
“Ser autora fue producto de que disfrutaba escribir y tenía curiosidad. Ya había escrito poesía, y artículos en la universidad, pero tomar una clase de literatura infantil me dio una alegría que no conocía”, dijo. “La alegría de tener una mente abierta, de expectativas ilimitadas, la oportunidad de pensar como un niño. Empecé a hacer libros de materiales en casa y me encantó el proceso. Luego de años de enviar propuestas, me dieron mi primer contrato en 2015 y me metí de lleno en el mundo de la industria editorial”.
Con su carrera de 23 años en la educación, y 17 años de trabajar en una biblioteca, Sosa dijo que las bibliotecas abren las puertas a un mundo de posibilidades para los estudiantes.
“La biblioteca puede ser lo que uno sueñe: una galería de arte, un museo, un centro de investigaciones, un laboratorio, con que siempre sea un lugar de libre aprendizaje. Como soy una persona curiosa, necesito trabajar en un lugar donde pueda continuar aprendiendo y creciendo. Aun hoy aprendo cosas nuevas en la biblioteca. Mi misión es mostrar a los niños lo emocionante que puede ser aprender por toda la vida”, dijo.
Su consejo para Adhikary, y para quienes aspiran a ser autor, es doble.
“Como educadora, es crucial que demos el ejemplo de lo que queremos que nuestros estudiantes aprendan y dominen. ¿Cómo se van a sentir con valentía de contar las historias que tienen en su corazón si nosotros no lo hacemos? Vernos escribir y crear los hace sentirse más seguros al momento de probar cosas nuevas”, dijo Sosa. “Como autora, si has pensado en escribir, es porque tienes una historia que vale la pena contar. Contar historias nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos, nuestras percepciones y cómo conectar y empatizar con los demás. Tenemos que dar una perspectiva para el antagonista y el protagonista, lo cual para mí, me ha ayudado a cobrar entendimiento y profundidad”.