Cuando Laura Moreno y Pere Valls dejaron España para ser maestros en Estados Unidos, la pareja trajo un gran conocimiento mundial a Chapel Hill Preparatory Academy y emprendieron una nueva aventura llena de experiencias culturales con sus hijos pequeños.
“La idea es ir a un nuevo país, aprender y traer de vuelta lo aprendido a casa. Es un intercambio: estoy aprendiendo nuevos métodos de enseñanza mientras comparto lo que sé”, dijo Moreno.
Moreno enseña inglés como segundo idioma y tiene 18 años de experiencia en educación de kínder a sexto grado. Valls lleva 25 años en la docencia y hoy ejerce como maestro de matemáticas de quinto grado en Chapel Hill. Consideran que su programa de intercambio es una oportunidad para que sus hijos aprendan más del mundo a la vez que avancen en sus habilidades lingüísticas.
Esta es la tercera vez que la familia viaja a Estados Unidos como parte del programa de profesorado visitante.
Valls dice que “los idiomas se aprenden rápidamente, pero aun más rápido se olvidan”. Es por esto que regresó a Estados Unidos con su esposa y sus hijos, quienes podrán crecer bilingües.
Cuando su hijo tenía cuatro años, su abuela lo ayudaba a practicar la redacción. Para cuando empezó a asistir a Chapel Hill, sus maestros se impresionaron por su letra y crecimiento académico general. Su hermana también ha mejorado su comprensión del inglés rápidamente.
Cuando la familia no está en la escuela, disfrutan viajar y hacer nuevas amistades.
“Creo que somos el tipo de familia que se lleva con todos. Tenemos amigos en Estados Unidos, México, Japón y España. Siempre que sea buena gente, no importa de dónde vienen”, dijo Moreno.
Anteriormente, en Reno, Nevada, Valls dice que eran dos de tres maestros hispanohablantes en su escuela. Ahora, son dos de miles en Texas que hablan español, y han conocido a personas de México, El Salvador y Colombia.
“Me encanta aprender de otras culturas al conocer a otros educadores. El conocimiento crece así”, dijo Valls.
Si bien tienen pensado regresar a España en tres años, valoran tener la oportunidad de compartir esta experiencia con sus hijos mientras siguen pequeños.
“Vivimos en una sociedad en que uno necesita saber un poco de todo”, dijo Valls. “Es importante que los niños conozcan diferentes culturas; estarán mejor preparados para el futuro. Nuestros hijos tienen doble ciudadanía, y tal vez algún día, quieran regresar para ir a la universidad”.
Moreno agradece que su trabajo les permite ofrecer a sus hijos una experiencia cultural de ensueño.
“Nuestros hijos tienen mucha suerte al estar con nosotros en la misma escuela”, dijo Moreno. “Aunque les costó al principio, siempre estuve ahí cerca, y su papá, al fondo del pasillo. Muchos pagan por enviar a sus hijos a estudiar fuera, pero a nosotros se nos dio gracias a nuestros trabajos como maestros”.