“Hablo con mi personal de que todos los días están formando parte de la historia de los estudiantes”, dijo Molina. “Como educadores, no nos damos cuenta en el momento, pero es cierto. Cambiamos la historia de alguien cada día que estamos aquí”.
Molina habla de experiencia propia, pues se graduó de Dallas ISD, y su educación, junto con las oportunidades que la acompañaron, es lo que asegura que cambió la trayectoria de la vida de su familia.
“La primera maestra que recuerdo es la de primer grado, la Sra. Welsh”, dijo. “Me hizo sentir muy segura. Por venir de donde vengo —éramos muy pobres— no siempre sentí que pertenecía. Nunca me sentí así en su salón”.
Molina empezó la escuela en Gabe P. Allen New Tech Academy, antes conocida como Gabe P. Allen Elementary School, y se graduó de Moisés E. Molina High School.
Ahora, sus tres hijos se han graduado de Dallas ISD, lo que ha establecido un legado único en el distrito escolar. Dos de sus hijos se graduaron de Molina, y su hija, la menor, está en noveno grado en Booker T. Washington High School for the Performing and Visual Arts.
“Mis padres sacaron sus GED, pero no fueron a la universidad. Dallas ISD ha sido parte del progreso que he alcanzado con mis hijos”, dijo Molina. “Nuestro legado hoy es diferente. Mi hijo hispano se graduó de la universidad. Es el primero del lado materno de mi familia en hacerlo”.
De niña, Molina quería ser contadora, pero pronto se dio cuenta de que su corazón la llevaba de vuelta a Dallas ISD para ser maestra y, con el tiempo, directora.
“Tuve algunos trabajos de oficina, pero no iban conmigo”, dijo Molina. “Cuando me gradué de la preparatoria, empecé a trabajar en una escuela privada como maestra de prekínder. Me gustó el ritmo, y me gustó ayudar a los demás”.
Luego de reflexionar, Molina se percató de que su vocación era ser maestra.
“Empecé a profundizar en mis orígenes y en las probabilidades en mi contra que tuve que superar”, dijo. “Empecé a pensar sobre algunos maestros que dejaron huella en mí, y me hizo pensar que eso debía hacer yo”.
Molina empezó su carrera como docente en escuelas privadas antes de volver a Dallas ISD.
“Todo era maravilloso, pero no sentía que estaba ayudando a mi comunidad”, dijo.
Luego de completar las certificaciones de docente, empezó a trabajar en el distrito en Gabe P. Allen. Ahora como directora de Hogg, Molina encuentra la forma de crear tradiciones con sus estudiantes que espera que algún día se vuelvan parte del legado escolar.
Por su experiencia practicando deportes, Molina busca promover que en Hogg la comunidad sea como un gran equipo.
“Siempre pregunto qué es lo que somos y qué es lo que nos representa”, dijo.
La respuesta yace en la mascota de la escuela y su lema.
En Hogg, son los “razorbacks” (cerdos salvajes).
Molina saluda a los escolares todos los días con un “Buenos días, razorbacks” y encuentra otra formas de otorgarle significado a la comunidad Razorback en Hogg.
“Este año estamos muy enfocados en qué son las características de un ‘razorback'”, dijo. “Si uno les pregunta a los estudiantes, le dirán que significa que somos resilientes, tenaces. Que no nos rendimos”.