Cuando empiece a estudiar en la Universidad de Yale este otoño, Sofía R. combinará sus dos pasiones: la neurociencia y el teatro.
“Es una experiencia única el poder hacer arte y cursos académicos durante el día a la misma vez”, dijo. “Uno adquiere la capacidad de expresarse creativamente o de cualquier otra manera”.
Para Sofía, ese campo es la neurociencia. Descubrió esta disciplina en cuarto grado durante un programa de verano organizado por la Universidad de California en Los Ángeles.
Es actriz desde pequeña y se interesó en la dirección y la gestión escénica ya en la preparatoria. Este año, Sofía tomó una clase de dirección, la cual es un curso que requiere pasar una prueba. Como parte del curso, Sofía dirigió dos obras a lo largo del año.
“Estar en las artes ayuda con lo académico. Uno puede hacer muchos proyectos divertidos en las clases académicas que de otro modo no podría hacer. Los maestros de esta escuela tratan de incorporar las artes en sus lecciones”, dijo. “Ese es un aspecto singular de la escuela. Muchas veces, podemos combinar arte y aspectos académicos”.
Sofía también fue presidenta del consejo de la generación de último año y miembro de varios clubes, incluyendo el club medioambiental, Science National Honor Society y Student Voter Empowerment Coalition.
Se mudará a Connecticut en agosto y está muy emocionada por conocer a los profesores, al personal y a sus compañeros.
“Yale tiene una forma singular de juntar a personas con diferentes talentos y disciplinas”, dijo Sofía. “Es similar a Booker T. en ese sentido. Uno puede aprender algo de cualquier persona. No hay conversaciones aburridas”.