Al aprender un nuevo idioma, Toni Garabete, maestro de francés en J. L. Long Middle School, espera que sus estudiantes no solo se sientan cómodos comunicándose en otro idioma, sino que también que su mundo se expanda.
“Quiero transmitirles una pasión por el francés, por conocer el mundo francófono”, dijo Garabete. “Si se van de vacaciones a Francia o a otra región francófona como Quebec, quiero que no solo se comuniquen, sino que valoren cosas como la comida y la cultura. Los idiomas expanden el mundo de uno”.
Garabete, quien ha sido maestro de francés en Long Middle School durante los últimos dos años, es de ascendencia armenia y nació en Siria. Creció en Siria y en el Líbano, y sus primeros idiomas fueron el árabe y el francés, los cuales aprendió en una escuela bilingüe. En Siria, estudió Literatura Francesa en la Universidad de Alepo y se mudó a Francia posteriormente para completar sus estudios de posgrado en la ciudad de Lyon.
En la actualidad existen más de 25 países francófonos en el mundo, y Garabete dice que su misión es ayudar a sus estudiantes a imaginar las posibilidades del futuro.
Antes de mudarse a Estados Unidos, vivió en Venezuela, de donde su esposa es originaria, y donde nacieron sus hijos. Habla árabe, francés, español e inglés. En Venezuela, fue profesor en la Universidad Simón Bolívar en Caracas, y luego de retirarse de la enseñanza universitaria, se enfocó en su negocio.
Dada su experiencia de dos décadas enseñando idiomas y culturas mundiales, Garabete recibió una oferta del distrito a través del Departamento de Idiomas Mundiales, y con gusto aceptó.
En Long Middle School, donde dice que el 60 % o más de los estudiantes son hispanos, saber español primero ha ayudado a sus estudiantes a aprender francés por las similitudes que comparten las dos lenguas. Cuando Garabete llegó a Long Middle School, los estudiantes habían pasado un tiempo sin un profesor de francés, lo cual lo motivó a ayudarlos a alcanzar un nivel adecuado y recuperar el tiempo perdido.
“Quería concentrarme mucho en darles las herramientas para que cuando terminen el curso, puedan hablar con alguien más en francés”, dijo Garabete. “Esa es mi meta definitiva”.
El profesor dijo que sus estudiantes se han percatado del valor de poderse comunicar en un idioma que no les es nativo. Por ejemplo, uno de sus estudiantes recién probó a comunicarse en francés con una persona senegalesa, pero le costó porque aún no tiene fluidez. Fue un punto de inflexión para el estudiante y una oportunidad para que Garabete comparta con sus clases que aprender francés y otros idiomas puede abrirles el mundo. También han compartido con él momentos en que probaron comida francesa o compartieron la lengua y la cultura francesas con sus familias.
Si bien el francés es el idioma principal que enseña, Garabete no descarta enseñar una clase sobre cultura árabe en el futuro. Aproximadamente 380 millones de personas hablan árabe, así que aprenderlo es importante, dijo.
“Es un idioma bello y fascinante”, dijo. “La poesía, la literatura y la rica cultura son increíbles. Es considerado el segundo idioma más difícil después del chino”.
Su consejo para los estudiantes del distrito recién llegados de otros países es estar orgullosos de su cultura e identidad. Pero también los anima a adaptarse e integrarse en la cultura estadounidense. Dijo que pueden ocurrir choques culturales, pero con la comprensión, la tolerancia y la aceptación entre todos, pueden resultar en algo positivo.
“Cualquier persona que venga de cualquier cultura, sea hispana, árabe, africana, puede estar orgulloso de su cultura y, a la vez, esforzarse por adaptarse e integrarse, pues no podemos vivir en los márgenes”, dijo Garabete. “La idea es preservar la cultura, estar orgulloso de ella, y estar dispuesto a integrarse y compartir también”.