La educación siempre ha tenido una gran importancia en la vida de Albert Martínez, jefe de la Policía de Dallas ISD. Hoy, en su nuevo rol a la cabeza de la policía del distrito, combina su apoyo a la educación con su pasión por servir a los demás.
De niño, la educación fue un tema que su madre enfatizaba, pues ella creció en México y no tuvo las mismas oportunidades educativas que él, así que siempre fue algo que recalcó, dijo Martínez.
Martínez, quien tiene 31 años trabajando como policía, asumió el cargo de jefe de policía del distrito el mes pasado. Anteriormente, era segundo al mando en el Departamento de Policía de Dallas, cargo que compartía con otro jefe, y trabajaba directamente con el jefe Eddie García. Aunque Martínez no creció en Dallas, sino en Pecos, Texas, ha pasado la mayoría de su adultez aquí luego de haber llegado a Dallas en el otoño de 1993. Enseguida empezó su carrera en la policía como estudiante en la academia policial y desde entonces trabaja como tal.
Martínez dijo que su máxima prioridad en Dallas ISD es que se acaten las normas de seguridad del estado y el distrito en todas las escuelas. Asimismo, quiere que su liderazgo se centre en su equipo para que dispongan de una mejor comprensión del valor de sus contribuciones al Departamento de Policía de Dallas ISD y al distrito entero.
“Así como los maestros, los directores y otros empleados, todos estamos haciendo esta labor desde el corazón”, dijo Martínez. “Mi trabajo aquí como líder es llegar al corazón de servicio de los demás. Quiero que crezcan, no solo profesionalmente, sino también en lo personal. Quiero fomentar esa clase de ambiente de desarrollo”.
También considera que obtener una educación de calidad es algo que puede marcar una gran diferencia en la vida de los estudiantes, así como tenerla como la base sobre la cual hacer su vida. El distrito tiene numerosas oportunidades, y conocerlas ayudará a los alumnos a sentirse siempre motivados y ser menos propensos a tomar decisiones que podrían afectar de manera negativa su futuro, dijo Martínez.
Martínez da crédito a su maestra de tercer grado y a su madre por motivarlo de niño, y es por ello que conoce el valor de que los estudiantes tengan ejemplos a seguir y mentores en las escuelas. A Martínez, quien fue estudiante de honores, le decía su maestra que estaba orgullosa de él, lo cual fue motivo de seguir enorgulleciéndola al sacar buenas notas. Además de sobresalir en lo académico, Martínez tocó la trompeta en la banda, y dice aún poder leer música.
“Nuestros maestros, incluso con sus acciones más pequeñas, terminan dejándonos huella, aunque no lo vean por varios años”, dijo Martínez. “Puede que sea algo que dijeron o algo que hicieron. Uno puede ver su corazón de servicio, el hecho de que se interesan por uno”.
Martínez dijo que entiende que los estudiantes tengan algunas dificultades, lo que puede incluir cosas que pasan en casa, y espera poder trabajar con las escuelas y los socios comunitarios para que los estudiantes encuentren paz y tranquilidad en su escuela.
“Algunos estudiantes están en modo supervivencia, pero encuentran alivio aquí: hay comida, hay cuido, hay mentores”, dijo Martínez. “Aun con los desafíos a los que se enfrentan en la escuela, esta igualmente puede ser un lugar en el que sientan que pertenecen”.
Formar una comunidad también está entre las prioridades de Martínez al trabajar con padres, tutores y otros miembros de la comunidad del distrito y fuera de él. Esto conlleva escuchar sus inquietudes y colaborar, aseguró.
“La comunidad tiene muchas ganas de ayudar. Hay individuos y organizaciones, y corporaciones privadas que tienen los medios de ayudar y que quieren ayudar”, dijo Martínez. “Tenemos que ser un medio para que nos lleven esos recursos”.
Martínez dijo que se entusiasma de poder seguir formando y fortaleciendo los vínculos que su predecesor, el jefe John Lawton, tendió en el distrito y la comunidad.
“Las relaciones son cruciales, así que una de mis funciones principales es construir y solidificar esas relaciones”, dijo Martínez.