En la familia Molina, hay una broma sobre Dallas ISD: “Es un negocio familiar”. Cuenta Mario Molina, quien se jubiló recientemente, que nueve de sus 11 hermanos han trabajado para el distrito. Para los miembros de la familia, que también asistieron a escuelas del distrito, Dallas ISD ha sido su hogar a lo largo de los años.
Molina se jubiló en diciembre después de haber trabajado 37 años en el Departamento de Evaluación y Examinación del distrito, fue asignado a la bodega del centro de servicio, donde enviaba y recibía exámenes estatales y locales, entre otras obligaciones.
Molina dice que está muy orgulloso de ser graduado de Dallas ISD, pues tanto él como todos sus hermanos asistieron a las escuelas de Dallas ISD, de primaria a preparatoria. Todos menos tres se graduaron de Sunset High School. Sus tres hermanos mayores se graduaron en Crozier Tech High School, la cual cerró y hoy es monumento histórico.
Además de sus hermanos, su esposa, Anita Espinosa, trabaja para el distrito desde hace aproximadamente cinco años, y es la encargada de la oficina de School for the Talented and Gifted at Yvonne A. Ewell Townview Center. Molina incluso tiene sobrinos que trabajan para el distrito como maestros o en las oficinas de las escuelas. Espinosa creció en Plano y sabía que sólo era cuestión de tiempo para que ella también acabara trabajando para el distrito. Y tenía razón.
Así que, ¿cómo empezó esta tradición familiar? Molina dice que una de las hermanas mayores de la familia fue la primera en aceptar un trabajo en el distrito, y pronto la siguieron otros hermanos. Dijo que una de las cosas que más los atrajo al distrito tanto a él como a los miembros de su familia fue la oportunidad de trabajar y crecer en sus numerosos departamentos.
“Hay algo para todos aquí en el distrito”, dijo Molina.
Dado a que varios miembros de la familia tienen los mismos días festivos y fechas de vacaciones —una de las ventajas de trabajar para el distrito— se reúnen para desayunar y hacen el esfuerzo de verse, dijo Molina. Aunque está disfrutando de su jubilación, Molina dijo que disfrutaba trabajar con su equipo del distrito y que los veía más como una familia.
“Se convierten en familia porque nunca sabes cuándo vas a necesitar su ayuda o ellos la tuya, sin esperar nada a cambio; eso es lo que hace la familia, sean parientes o no”, afirmó.
Para Molina, es la familia —tanto biológica como laboral— lo que lo motivó a levantarse para ir a trabajar cada mañana para el distrito durante casi cuatro décadas. Pero dijo que eran los estudiantes los que más lo motivaban.
“El simple hecho de saber que los estudiantes estaban recibiendo los útiles que necesitaban y que yo estuviera ayudando a los consejeros, maestros y escuelas, era gratificante”, dijo Molina. Aunque admite que puede que no siempre haya visto el impacto directo que su trabajo tenía en los estudiantes, sabía que el papel que jugaban él y sus colegas era importante.
Espinosa comenzó su carrera en el distrito primero como encargada de la asistencia escolar y luego como encargada de finanzas, hasta llegar a su actual puesto de gerente de oficina. Dice que puede ver el impacto directo que su trabajo tiene en los estudiantes y en el personal de su escuela, y que son los pequeños detalles lo que la motiva. A menudo recibe notas de agradecimiento de los alumnos después de ayudarles con los materiales que necesitan para sus actividades.
A lo largo de su carrera en el distrito, Molina ha vivido muchas experiencias inolvidables, sin embargo, una de sus favoritas es la de alegrarle el día a alguien. Recuerda un momento en que una consejera escolar tuvo un día difícil y empezó a llorar. Él comenzó a decirle que todo iba a salir bien y que todo se arreglaría.
“Ver cómo cambió su expresión me hizo sentir bien por dentro y me dio ganas de esforzarme por hacer más cosas así”, dijo Molina. “Pude alegrarle un poco el día”.
Al conocer a varios consejeros, coordinadores de exámenes y miembros del personal de todo el distrito que siempre tenían una historia que contar o compartir sobre las cosas buenas que sucedían en sus escuelas fue que empezó a entender el impacto que su trabajo tenía en cuanto al apoyo a los estudiantes del distrito.
Para Espinosa, lo que más le gusta de su trabajo en Townview TAG es ayudar a los padres y a los alumnos. Aunque lleva en esa escuela sólo desde febrero, dice que ya ha establecido un vínculo con los estudiantes, padres y personal.
Aunque Molina dice que echa de menos la interacción con sus colegas, Espinosa afirma que ambos se mantienen ocupados con las actividades deportivas de su hija. Ella está en el grado 12, por lo que ambos pasan mucho tiempo en los partidos de voleibol y sóftbol. En su tiempo libre, les gusta salir a bailar música tejana y country, y también son muy fanáticos de los Rangers.
“Si se me diera volver a hacerlo todo, igualmente trabajaría para el distrito”, dijo Molina. “En realidad no sabes cuántas vidas estás cambiando o cuántas vidas estás afectando aun sin estar en la escuela. Tu trabajo es ayudar a los estudiantes a estar un paso más cerca de sus metas, y eso me hace feliz”.