Cuando Gustavo Zaragoza, maestro en el Instituto de Profesiones del Este, era estudiante recién llegado al país, no se imaginaba que algún día trabajaría en la educación. Gracias a su labor como maestro, ahora se puede identificar con sus estudiantes y empoderarlos, así como lo empoderaron sus maestros a él.
Zaragoza, originario de México, no sabía inglés cuando llegó al distrito, y dijo haberse sentido intimidado en ocasiones, pero fue en sus clases de inglés como segundo idioma, o ESL, donde se sintió seguro. Dice que hoy está comprometido con crear ese tipo de entorno para sus estudiantes, en donde se puedan sentir confiados y seguros.
Da mérito a sus entonces maestros, como Elena Bates, quien hoy es la directora ejecutiva de Aprendizaje Personalizado, por haberlo motivado y ayudado a sentir que lo tenían en cuenta cuando era estudiante. Recuerda un momento en que, junto a otros estudiantes, estaba tomando el examen estatal y Bates esperó con ellos después del fin de la jornada escolar para que terminaran su examen. Zaragoza dice que el hecho de que hiciera algo así le comunicó algo importante para él, algo que no olvidaría en el camino a ser maestro.
“Nos hizo sentir cómodos y nos dejaba ser quienes éramos”, dijo Zaragoza. “Y eso es lo que quiero enseñarles a mis estudiantes”.
Ahora está en su cuarto año enseñando español para profesiones, una clase electiva diseñada para hablantes de herencia y que cumple con el requisito de idioma extranjero para la graduación.
Antes de trabajar en la educación, Zaragoza fue técnico de conducta en una clínica comunitaria. Cuando se graduó de la Universidad del Norte de Texas con una licenciatura en Medicina Deportiva, se enfrentó a dificultades para encontrar un empleo en su especialidad, así que trabajó con niños que tienen autismo. Fue entonces que una madre lo animó a ser maestro cuando vio lo bien que se llevaba con los niños.
Zaragoza se vio motivado a completar el programa de certificación alterna de Dallas ISD. Fue en una feria de trabajos del distrito donde conoció a Kyna Eberhardt, directora del Instituto de Profesiones del Este, y a la subdirectora Victoria Davis. Zaragoza se incorporó durante la pandemia y la mayoría de sus estudiantes tomaban su clase virtualmente; solo había unos pocos que asistían presencialmente. Davis y Eberhardt sabían que Zaragoza era el indicado para el puesto.
“Se nota por cómo habla que tiene en la mente el objetivo de crecer”, dijo Davis. “Siempre da lo mejor de sí para sus estudiantes. Siempre está buscando aprender y siempre piensa en lo siguiente que hará para ayudar a sus estudiantes”.
Davis agregó que Zaragoza se ve reflejado en sus estudiantes, y que le pone todo su corazón en su trabajo.
Zaragoza dijo que si existe una palabra que describe cómo se siente sobre la labor que hace, es “agradecido”. Dijo que sus estudiantes lo hacen más feliz, y que se identifica con ellos, sobre todo con los estudiantes de ESL. Tal vez no lo noten, pero ellos le aportan más a él que él a ellos.
La esperanza que tiene para sus estudiantes es que sean exitosos. Dice que quiere cambiar su mentalidad, que sepan que son inteligentes, que son valiosos y que pueden lograr sus metas.
“Eso es lo que quiero lograr”, dijo Zaragoza. “Que al menos un estudiante me diga que mis esfuerzos cambiaron su mentalidad y lo ayudaron”.
Davis describe a Zaragoza como un maestro que trabaja duro y un ejemplo a seguir que hace que sus estudiantes sepan que pueden ser lo que quieran ser.
“Piensa de manera positiva y habla de manera positiva con ellos. Los ayuda a resolver problemas y ser pensadores críticos”, dijo Davis. “Ejecuta su nivel de profesionalismo y compromiso con la excelencia todos los días”.
Zaragoza dice que entiende por lo que están pasando los estudiantes recién llegados al país, y quiere asegurarse de no ser solo un profesional, sino un profesional que es también un ser humano, que expresa empatía y comprensión hacia sus estudiantes. Dice que sus estudiantes a menudo se expresan en su salón porque dicen que confían en él.
Sus esfuerzos le han valido el Premio Maestro del Año del Instituto de Profesiones del Este.
A pesar de los premios y halagos, Zaragoza dice seguir concentrándose en la labor y en marcar una diferencia en la vida de sus estudiantes, teniendo siempre en mente lo que decía su abuela: “Ten siempre los pies en la tierra; busca siempre aprender y busca siempre crecer”.