Desde que vio cómo salvaban vidas en La ley y el orden y Miami Vice de niño, Josué R. supo que quería una carrera en las fuerzas policiales. Hoy en día, como estudiante de grado 12 en Moisés E. Molina High School, cursa la especialización de orden público, y junto a cuatro compañeros, empezó un legado como los primeros estudiantes de Dallas ISD en ser guardias de seguridad no armados, nivel II, con licencia del Departamento de Texas de Seguridad Pública.
“Me sorprende que soy parte de algo muchos más grande que yo”, dijo Josué. “Siempre encontré fascinantes las películas y los programas de crimen. Quiero ser policía, ascender y convertirme en policía a nivel estatal, o irme a otro estado para ser marshal”.
Toda la clase de orden público obtuvo su certificado en el grado 11, lo que los califica para licenciarse en el 12, siempre que cuenten con una identificación estatal y tengan al menos 18 años.
Reynaldo, estudiante de 12.º grado, dice: “Es un alivio saber que tengo opciones. Una oportunidad que se me presentó solo por estar en esta especialización es poder trabajar en la cárcel del condado el próximo verano. Genuinamente creo que siempre que trate de ayudar a los demás, no tendré que preocuparme”.
Su maestro, Earl Felton, fue policía y socorrista y se asegura de que sus estudiantes entiendan que su rol como guardias es observar y reportar. “Una cosa que les recalco con frecuencia es que se aseguren de no presentarse como policías y que sepan que hay una gran diferencia entre esos dos roles”.
A través de su curso, los estudiantes aprenden lo básico y la historia de las fuerzas policiales. También aprenden a usar esposas de manera adecuada, a inspeccionar edificios y a investigar escenas de crimen. El programa también aborda la investigación forense: los estudiantes crearon maquetas de escenas de crimen para estudiar manchas de sangre, ángulos de disparo y armas homicidas.
“Aprendí el alfabeto fonético, protocolos para detener un vehículo en tránsito, códigos municipales, infracciones de la ciudad, ordenanzas, multas y clasificaciones de delitos graves y menores”, dijo Reynaldo. “Lo que más he disfrutado es la práctica. El Sr. Felton nos impulsó a dar lo mejor de nosotros, pues si no lo habríamos hecho, no creo que hubiéramos avanzado tanto”.
Felton expresó: “Me encanta verlos aprender algo nuevo y verlos crecer. Cuando estaban en 9.o grado, no sabían sobre el orden público, a algunos no les importaba y verlos crecer es increíble. Algunos de mis exalumnos ahora van a la universidad y estudian Justicia Penal; verlos emocionados de que puedan usar su certificación es mi razón de estar aquí”.