Durante los últimos 19 años, Terry Stotts ha enseñado a sus estudiantes a hacer caballitos mecedores de madera, primero en el Multiple Careers Magnet Center y ahora en el Instituto de Profesiones del Sur, donde empezó a trabajar como maestro de construcción este año. Los estudiantes que elaboraron los caballitos para desarrollar sus habilidades los donarán al Ronald McDonald House, una organización que provee recursos a las familias con niños enfermos.
Este mes, irán a entregar los caballitos con la ayuda de voluntarios de la comunidad, incluyendo a miembros del personal de Dallas ISD.
Para ayudar a costear los materiales del proyecto, Stotts solicitó un subsidio por innovación de la Junior League of Dallas. Fue uno de los miembros del personal del distrito que ganó hasta $2500 destinados a programas que caen fuera del presupuesto escolar.
Por varios años, los caballitos mecedores fueron una tradición anual para Stotts y los estudiantes del Multiple Careers Magnet Center, y la tradición continuó en el Instituto de Profesiones cuando los programas de educación profesional y técnica se integraron este año escolar con el fin de brindar instalaciones de última generación y una experiencia inclusiva a estudiantes que reciben servicios de educación especial.
Stotts, quien ha trabajado principalmente con estudiantes que reciben servicios de educación especial, ahora trabaja también con estudiantes de educación general. Los alumnos que asistían a MCMC ahora asisten al Instituto de Profesiones del Norte o al del Sur.
Stotts ha visto personalmente lo que este tipo de programa de desarrollo de habilidades profesionales hace para los jóvenes, así como los cambios que ocurren a lo largo del año escolar. Dice que muchos de sus estudiantes desarrollan una seguridad en sí mismos y su autoestima, en comparación con cuando entraron por primera vez en el salón.
“Empiezan a crear cosas y regresan a sus escuelas donde los demás estudiantes ven lo que están haciendo y quieren participar también”, dijo Stotts. “También los ayuda a sentirse bien consigo mismos. Es más que simplemente enseñar una materia”.
Los padres han tenido buenas reacciones a lo largo de los años hacia el programa, y Stotts dice que muchos se sorprenden cuando ven las habilidades que han desarrollado sus hijos en clase. Muchos de sus alumnos pasan a conseguir empleo con las habilidades que adquieren, y, además, se mantienen en contacto con su antiguo maestro.
Stotts, además, es el tipo de maestro que establece un vínculo con los padres y los llama para mantenerlos al tanto de los avances de sus hijos, lo que va en contra del estereotipo de llamar a los padres solo cuando sus hijos presentan algún desafío.
Con 41 años de experiencia como educador y más de 20 años en el distrito, Stotts dijo que ya califica para jubilarse, pero persiste en su trabajo porque simplemente adora lo que hace y a sus estudiantes. También tiene en cuenta el futuro del proyecto anual de los caballitos mecedores, por lo que está informando a sus colegas en su nueva escuela sobre el subsidio y sobre cómo construir los caballitos.
“Les he dicho que pueden llevar adelante el programa. Debería continuar no solo por lo que significa para los estudiantes y sus familias, sino también para los niños que reciben el regalo durante la época de fiestas”, afirmó.