Lakita Dockery recuerda cuando era adolescente y caminaba por los pasillos de W.T. White como capitana del equipo de voleibol. Hoy, 15 años después, es la entrenadora de ese equipo y está maravillada por lo mucho que ha evolucionado la escuela. Las palabras “Longhorn Pride” están pintadas en varias paredes, lo que le recuerda el inmenso honor que tiene de llevar al equipo de voleibol varsity a la victoria en la eliminatoria estatal el próximo mes. Es la primera vez desde 2007 que el programa llega a la eliminatoria por dos años consecutivos. Antes de la última temporada, las Lady Longhorns no habían llegado a ese nivel de competencia en casi una década.
“Después de una muy mala temporada el año anterior, estábamos felices de estar allí el año pasado”, dijo la entrenadora Dockery. “Esta vez sentimos que pertenecemos. Este año no solo estamos felices de estar ahí —vamos a competir. Ahora sabemos lo que vamos a hacer y estamos listas para ir lo más lejos posible”.
Un equipo pequeño pero poderoso
Al inicio de la temporada, el equipo no sabía aún cómo jugar juntas, así que la entrenadora las llevó a un viaje a Tyler, Texas, donde jugaron voleibol tres días seguidos. “Se nos estaba haciendo muy difícil antes de eso porque perdíamos mucho y no nos comunicábamos bien. Ese viaje nos obligó a confiar en nosotras mismas. Creo que las unió como equipo el saber que están en esto juntas. En ese momento, todas dependieron una de otra”.
Las 11 jugadoras que componen el equipo varsity, un grupo bastante pequeño comparado a los de otros distritos, hacen todo lo posible para que sus esfuerzos den frutos. Maddie G., una de las capitanas, dice que aunque son menos en número, son un equipo fuerte hecho de amistades estrechas. “Somos un equipo sólido. Todas queremos ganar y tenemos mucho más talento de lo que creo que se ha visto en este programa por un tiempo”, dijo Maddie.
En noveno grado, Maddie y otra capitana, Jully H., ascendieron de junior varsity a varsity. Hacen uso de sus experiencias para fomentar la cultura del equipo y hacer que las nuevas deportistas se sientan recibidas con amabilidad y motivadas. “Cada día que hay partido, nos juntamos brevemente antes. Hablamos de nuestras metas y cómo pensamos implementarlas. Nos dirigimos a ellas como las personas que son y les decimos que simplemente se diviertan”, dijo Maddie.
La fuerza de unión del equipo también es importante más allá de la cancha, por lo que las capitanas organizaron varias reuniones informales antes de empezar la temporada. Las chicas viven relativamente cerca una de otra y algunas ya se conocían. Muchas se alistaron juntas para el homecoming y pasaron tiempo juntas después también.
“Se quieren mucho. Puedo decir con sinceridad que son amigas y creo que es por eso que hemos tenido tanto éxito”, dice Dockery. “Son amigas primero y se apoyan, en lugar de competir una contra otra”.
La entrenadora confía en que su equipo se dirige hacia el éxito ya que este año no perderán a ninguna jugadora que se fuera a graduar y han sentado fuertes bases para la siguiente temporada. Considera que no hay ninguna que valga menos que otra y recalca que cada una tiene su lugar en el equipo.
“Algo que tienen estas chicas que las de otras escuelas no tienen es astucia. Conocemos bien el juego y cómo hacer que funcione nuestro pequeño grupo. No podemos cambiar lo que Dios nos dio, pero sí podemos jugar y mejorar en el deporte”, dijo Dockery. “A fin de cuentas, su éxito es mi éxito. Nuestras chicas merecen tener grandes oportunidades y lo mejor de regresar como exalumna es poder ver florecer a mi comunidad y su orgullo escolar. Es maravilloso verlas encontrar alegría en algo en lo que uno también la encontró”.
Los playoffs estatales de voleibol UIL de 2023 arrancan el 30 de octubre a las 6 p.m. en Conrad High School, donde las Lady Longhorns se disputarán la victoria con las Wranglers de West Mesquite.