Savannah V., deportista de 13 años y estudiante de Rosemont desde kindergarten, mostrará su excepcional talento y su profunda conexión con su herencia hispana en el campo en octubre cuando represente a México en la Copa Mundial de Softbol Femenino Sub-15 de la WBSC en Tokio, Japón.
La pasión de Savannah por el softbol se desarrolló en una familia en la que el deporte corre por sus venas.
“Mi papá jugaba béisbol, y mi tío también. Es algo que viene de familia”, explica. “Mis hermanos me admiran mucho; mi hermana quiere ser ‘como Savannah'”.
Su prima, Aaliyah H., también juega con ella en el mismo equipo, Texas Glory, y se les conoce como el “mejor dúo de primas”. Dice que ser compañeras de equipo las ha unido más y que, cuando se pone nerviosa antes de un partido, escuchan una lista de canciones para motivarse. “Es muy divertido. Pasamos tiempo juntas todos los fines de semana. Cuando cometemos errores, nos decimos la una a la otra: ‘No pasa nada, anímate’, y eso nos ayuda”.
Savannah empezó jugando al béisbol, luego se pasó al softbol y ha jugado desde los siete años. Su evolución ha sido realmente inspiradora. “Para ser sincera, me siento orgullosa de mí misma, porque al principio no creía que lo iba a conseguir. Quizá llegaría a la siguiente ronda, pero no por completo”, explica. ” Me gusta más estar en el equipo femenino porque se hacen más amistades. Porque con los chicos no hay la misma cercanía que con las chicas”.
Después de una prueba de dos días con más de 90 jugadoras y un partido de práctica con el equipo de softbol de México, Savannah recuerda que se sintió sorprendida cuando su padre recibió la llamada. “Empecé a llorar porque he querido estar en el equipo de México desde que tenía al menos siete años. Para mí significó mucho que por fin quedé en el equipo en el que quería estar”.
El softbol es para Savannah un escape de la realidad. “Me gusta mucho porque cuando juego softbol, me olvido de todo lo demás y mis compañeras de equipo me ayudan a sentirme mejor. Me encanta el softbol porque me ha ayudado a superar momentos difíciles”.
Además de su talento deportivo, Savannah es descrita como una estudiante talentosa que disfruta ayudando a los demás en Rosemont. Su maestra de coro desde hace dos años dice que es la primera estudiante que levanta la mano para ser voluntaria en su clase. “Es una gran estudiante y tiene una voz de soprano muy buena y ligera”, dijo la Sra. Wu. “Me gusta trabaja con ella, y este año la seleccioné para la clase virtual de UNT y la dejé cantar una pieza como solista”.