Roberto González, director de Biomedical Preparatory at UT Southwestern, no tenía previsto ser educador, pero dice que, en cierta forma, la enseñanza era algo que estaba a su alrededor mientras crecía en Cartagena, Colombia.
Su madre trabajó como maestra de matemáticas y luego como directora en Colombia, lo que inspiró a González a seguir una vida de servicio, que comenzó en el campo de la medicina.
“Siempre me ha gustado ayudar”, dice González. “Mi mentalidad era ayudar a la gente, así que me dediqué a la medicina y me convertí en médico familiar de comunidades de bajos recursos”.
Debido a la violencia, que hacía cada vez más difícil vivir en Cartagena, González decidió finalmente dejar Colombia y venir a Dallas, donde su hermana trabajaba como maestra. Ella invitó a González a su clase para grabar un vídeo de su clase, y González dice que “se enamoró de la enseñanza”.
Al poco tiempo, González también se convirtió en maestro. Y aunque fue una gran transición, no perdió de vista su propósito.
“Mi propósito nunca fue ser médico o profesor, sino ayudar a la gente a mejorar”, afirma González. “La educación y la medicina son dos disciplinas muy relacionadas. En la medicina hay que recetar algo para que el paciente se mejore, y en la educación hay que usar un buen plan de estudios para que todo el mundo mejore también”.
González se unió por primera vez a Dallas ISD en 2006, fue maestro, luego entrenador, subdirector y director. Sin importar el puesto, González dice que ha mantenido su compromiso de priorizar la equidad y las oportunidades para todos los estudiantes.
Su dedicación lo llevó a ser miembro fundador de Biomedical Preparatory at UT Southwestern, lo que ha “unido sus dos pasiones en un solo lugar”.
González ha visto innumerables historias de éxito de los estudiantes desde que Biomedical Preparatory inició las clases, aunque algunos de sus recuerdos favoritos recientes fue llevar a los estudiantes a un centro de simulación, donde pudieron estar en un quirófano de pacientes maniquí, e incluso traer un canguro a la escuela.
“Ver la alegría en sus caras y ver la alegría de los miembros de mi equipo hace que todo valga la pena”, dijo González.
A lo largo del año escolar 2023-2024, González y su equipo seguirán trabajando incansablemente para brindar nuevas oportunidades a los estudiantes, y para darles un sentido de pertenencia en la escuela. Para González, sentirse parte de algo es lo que significa la cultura y la herencia hispana, y quiere asegurarse de que su escuela cree una cultura de pertenencia para cada uno de sus estudiantes.
“Durante el Mes de la Herencia Hispana, los estudiantes verán de lo que somos capaces los hispanos y las dificultades por las que hemos pasado”, dijo González. “También busco formas de reconocer a todos los estudiantes. Celebraremos el Mes de la Historia Afroamericana, el Mes de la Herencia Asiática y de las Islas del Pacífico, entre otros, más que solo hablar de ellos. Intentaremos vivirlo y hacer que nuestros estudiantes se sientan como en casa”.
Aunque siempre queda trabajo por hacer, González dijo estar orgulloso de su equipo y de la acogedora comunidad innovadora que han formado juntos. Dijo que quiere agradecer especialmente a la subdirectora Gina Maffucci y a la coordinadora Natalie Cruz-García por apoyar sus objetivos en la escuela.
“Entienden mi visión, y la siguen”, explica González. “El equipo biomédico es increíble. Gracias a ellos estoy aquí y este trabajo de ensueño es mi realidad.”