Charlie Díaz Rivera, maestro en su primer año en el Instituto de Profesiones del Este, supervisa a los estudiantes de Dallas ISD en el campo de la tecnología eléctrica de uno de los socios de la industria del distrito. Él ahora está viviendo su sueño de crear oportunidades para los estudiantes y como maestro de Tecnología Eléctrica en la escuela.
“Me dieron la oportunidad de ayudar a los estudiantes a tener éxito, y lo vi como una puerta que se abría”, dijo Díaz Rivera. “Era algo que siempre quise hacer, y ahora puedo”.
Becky Barker, coordinadora de socios de la industria para el Instituto de Profesiones del Este, dijo que siempre está buscando individuos talentosos apasionados por su trabajo que disfrutan trabajando con los jóvenes. Vio cómo se llevaba de bien Díaz Rivera con los estudiantes que supervisa como parte de su trabajo en Excell Electric, uno de los socios de la industria más prominentes del distrito, y le preguntó si quería ser maestro.
Díaz Rivera, quien lleva cinco años en la industria, trabajó con estudiantes de Dallas ISD que estaban haciendo una pasantía con la empresa, la cual les ofrece un empleo después de graduarse. Se entusiasmó por tener la oportunidad de trabajar con estudiantes porque disfrutó mucho trabajar con los jóvenes en el pasado como líder voluntario, como pastor y como entrenador.
Díaz Rivera, quien se identifica con las dificultades a las que se enfrentan sus estudiantes, les dice que sabe que cada uno de ellos tiene una historia y una batalla personal, pero que esas cosas no los definen.
Les reafirma que aunque batallen en lectura o matemáticas, nada es imposible. En el campo, hay muchas oportunidades para descubrir y dominar sus talentos en la industria, así que afirma les enseña las habilidades que necesitan para obtener un buen trabajo y tener éxito.
Díaz Rivera sabe que la motivación y comprensión de parte de un maestro pueden marcar una gran diferencia, pues su maestra en South Garland High School, Ashley Wills, tuvo un impacto tal en él.
“Si no hubiera sido por ella y el amor y orientación que nos mostró a mí y a todos sus estudiantes, no estaría donde estoy al día de hoy”, dijo Díaz Rivera.
“Tenía mucha paciencia y mucho amor para dar. Se aseguraba de tomarse su tiempo para que yo entendiera todo lo que estaba haciendo, y se aseguró de que me sintiera valorado y que perteneciera. Así quiero que se sientan mis estudiantes”, comentó.
Lo que el maestro más desea para sus estudiantes es que todos lleguen a ser dueños de un negocio propio y líderes en la industria.
“Aunque sea una pequeña tienda con la que suban los peldaños poco a poco, la meta es que cada uno de ellos se vuelva experto en lo que hacen, y que sigan creciendo. No hay límites”, dijo.
Además de que Díaz Rivera está enseñándoles a sus estudiantes habilidades para el éxito, les enseña a confiar en sí mismos. Considera que al darles oportunidades, pueden salir de su zona de confort.
“Siempre y cuando confíes en ti mismo, nosotros podemos prepararte; las posibilidades no tienen fin”.