Lo que empezó como un momento de enseñanza y esfuerzo por mejorar la comunidad ha hecho de Ascher Silberstein Elementary School un lugar donde los estudiantes, el personal y la comunidad pueden apreciar y aprender sobre la naturaleza.
Todo comenzó cuando la directora Erika Pasieczny notó el gran número de perros que corrían sueltos por el vecindario. Abordó el problema inculcándoles a los estudiantes la responsabilidad de tener una mascota.
“Nos dimos cuenta de que nuestra comunidad no estaba cuidando bien a sus mascotas”, dijo Pasieczny. “Así que hicimos un cuarto para animales para enseñarles a los estudiantes cómo cuidarlos”.
Una vez listo el cuarto, Pasieczny, a quien la escuela y la comunidad le dicen Dr. Paz, quería expandirlo y solicitó un subsidio de Innovation Engine de Dallas ISD. Silberstein recibió el premio, además de otras 20 escuelas de vecindario de Dallas ISD, junto con $50,000 para explorar e implementar un programa o una iniciativa innovadora.
Gracias a este subsidio, Pasieczny amplió la idea de tener animales no solo dentro de la escuela, sino afuera también.
“Resolvimos aprovechar un área en desuso e hicimos un jardín con ocho lechos de flores y un gallinero. Es una extensión del cuarto para animales”, dijo Pasieczny.
Para inaugurar el nuevo jardín con gallinero, la escuela hace poco tiempo realizó una celebración comunitaria a la que acudieron más de 100 padres, estudiantes y líderes de la comunidad.
El nuevo gallinero no solo proporciona una variedad de oportunidades de aprendizaje para los estudiantes, sino que también su popularidad en las redes sociales lo ha convertido en material de mercadotecnia. Varios padres cuyos hijos actualmente asisten a escuelas chárter en el área han pedido una visita a la escuela para ver la nueva oferta académica, y algunos han decidido que sus hijos irán a Silberstein el próximo año escolar, de acuerdo con Pasieczny.
Vienen a trabajar voluntarios en el jardín quienes también están interesados en ayudar con el gallinero y el cuarto para animales. Si bien se agradece su ayuda, Pasieczny se asegura de que sean los estudiantes quienes hacen la mayoría del trabajo para que puedan aprender.
Sandra Guzmán, asistente de maestro en Silberstein desde hace 17 años, ve el impacto inmediato que el cuarto para animales ha tenido en los estudiantes.
“Si están mal, uno los ve sonreír de inmediato. Vienen a este cuarto y se les olvida que están teniendo un día difícil”.
Eileen S., quien cursa quinto grado, dijo que trabajar en el cuarto para animales la ha ayudado a entender y tener más compasión por una criatura que nunca se imaginó: Larry, un dragón barbudo.
“Me encanta venir a trabajar aquí porque ayudar a estos animales me hace sentir una calma, y es una gran sensación”, dijo. “Aprendí que los dragones barbudos son simpáticos. Antes me daban miedo los lagartos pero trabajar con Larry me ha hecho olvidar ese miedo”.
Los estudiantes y la comunidad no son los únicos que disfrutan de las nuevas ofertas en la escuela: el personal también está incluido. Este semestre que acaba de pasar, cada tarde tiraban de una rueda del azar, y un miembro del personal se llevaba media docena de huevos a casa. El ganador luego enviaba fotos de la comida que preparaba con los huevos del gallinero.
Aparte de esto, algunos miembros del personal prepararon salsa fresca con los tomates y chiles que crecieron en el jardín.
Con tantas buenas ideas y posibilidades nuevas para estos espacios, Pasieczny dice que este es solo el comienzo de algo nuevo que continuará abriendo puertas no solo para Silberstein, sino también para los estudiantes y la comunidad.