Los Hernández: una historia de enseñanza, aprendizaje, crecimiento y crianza

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Años antes de que Ángel y Christine Hernández fueran reconocidos como maestros del año en Solar Preparatory for Boys y Solar Preparatory for Girls, respectivamente, eran dos educadores recién egresados que buscaban trazar su camino en la profesión. Hoy en día, los Hernández son un matrimonio y tienen un hijo de casi dos años, y continuamente se esfuerzan por aprender, crecer y salir adelante como pareja.

Irónicamente, los dos asistieron a preparatorias rivales en el norte de Virginia, pero no se conocieron hasta llegar a Dallas ISD después de graduarse de la universidad mientras trabajaban con Teach Across America.

“Ángel me ayudó a encontrar mi lugar en Dallas y en el distrito cuando recién llegué, y de allí, todo floreció”, dijo Christine.

Christine empezó su carrera oficial en Dallas ISD en Whitney M. Young Jr. Elementary School mientras Ángel comenzaba la suya en Thelma Elizabeth Page Richardson Elementary School. Después de algunos años, Christine se trasladó a Solar Prep for Girls, y Ángel fue contratado casi un año después en Solar Prep for Boys.

“Estábamos saliendo en ese entonces, y vi todas las formas innovadoras de enseñar en Solar Prep y me encantó, así que me quise unir al equipo”, dijo Ángel.

Cuatro años después, su vida ha avanzado a grandes pasos, y se les ve felices como familia de tres. Además, han recibido la distinción de maestro del año en sus respectivas escuelas.

“A los dos nos apasiona tanto nuestro trabajo y creemos verdaderamente que podemos dejar una huella en los estudiantes”, dijo Ángel. “Si esto es lo que voy a hacer, lo haré lo mejor que pueda, y sé que Christine hará lo mismo”.

Todos los días, los dos se esfuerzan por formar a los estudiantes para que sean la próxima generación que cambie el mundo. Con afirmaciones positivas, orientación y motivación, trabajan individualmente para elaborar planes para los estudiantes que necesitan apoyo adicional.

A lo largo de los años, han aprendido el uno del otro, lo que los ha llevado a crecer como pareja. Ángel sabe que se le dan bien el liderazgo y la gestión, pero reconoce que unas cuantas cosas las tuvo que aprender de su esposa. “Ella es muy meticulosa, lo que me ayudó a ser más creativo con mis lecciones y más sensible al presentar una nueva unidad”, el dijo.

Christine también ha aprendido un par de cosas de su esposo. “Él me inspira a alcanzar el siguiente nivel y probar suerte con cosas nuevas”, dijo. “Uno puede estancarse en su rutina de enseñanza, pero él siempre trata de encontrar una nueva forma de llegar a los estudiantes”.

Sus esfuerzos y dedicación los perciben no solo sus colegas y administradores, sino también los estudiantes.

“Como les enseñamos a ser líderes confiados, aquí los estudiantes se hacen oír”, dijo Ángel. Christine coincidió y dijo: “Si ves que los estudiantes vienen emocionados, que sienten que su voz es escuchada y que tienen voto en su aprendizaje, significa que estás haciendo algo bien”.

Ya sea que organicen un pequeño concierto de canciones de matemáticas en clase, o que le permitan a un estudiante que está batallando grabar un audio de su tarea en lugar de escribirla, estos maestros ponen en práctica maneras innovadoras para que los alumnos puedan participar. El compromiso que se tienen el uno al otro y hacia el distrito los ayuda a sacar adelante a sus estudiantes.

“Creo que hablo por los dos cuando digo que no hacemos todo esto por los reconocimientos; lo hacemos para prestarles un mejor servicio a los estudiantes”, dijo Ángel.

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