Escrito por Anastasia Reed y Anease Linnear
“Muchos pensaron que mi carrera estaba acabada”.
Este fue el sentimiento de aquellos que dudaron del exalumno de Dallas ISD Kurt Thomas mientras luchaba por superar numerosas lesiones a lo largo de toda su carrera deportiva. Pese a los que no creían en él y a las dificultades, Thomas llegó a tener una carrera que simboliza la resiliencia.
En la preparatoria
Thomas, delantero y centro de 6’9″, inició dos temporadas en Hillcrest High School bajo el entrenador Steve Scott luego de su traslado desde David W. Carter High School al acabar el 10.o grado. Fue en Hillcrest donde supo que quería ir a la universidad para jugar a ese nivel, pero en el camino hacia esa meta no faltarían obstáculos. Thomas se rompió el tobillo durante su último año de preparatoria, y no sería la última vez que pasaría en su carrera. Sin embargo, alcanzaría sus aspiraciones de jugar a nivel universitario en Texas Christian University (TCU).
En la universidad
En TCU, Thomas fue visto como un jugador a tener en cuenta luego de que el entrenador Billy Tubbs lo eligiera para el equipo titular. Durante su tercera temporada, sumó el mayor número de bloqueos en la Conferencia del Suroeste. El siguiente año, sumó el mayor número de puntos (28.9 puntos por juego) y rebotes (14.6) del país. Fue nombrado jugador del año de la Conferencia del Suroeste y third-team All-American de la temporada 1994–1995. No obstante, sus grandes logros en la cancha no los alcanzó ileso. En TCU, Thomas se rompió el tobillo dos veces, lo que llevó a tres cirugías. Pese a esas lesiones, perseveró y llegaría al más alto nivel del deporte: la Asociación Nacional de Básquetbol (NBA).
En la NBA
Thomas fue el 10.o elegido en 1995 para el Miami Heat. Pronto en su carrera con la liga, Thomas se rompió el tobillo cuatro veces en un periodo de dos años. Sin embargo, igual a las demás veces, perseveró. Thomas pasaría a jugar básquetbol a nivel profesional hasta los 40 años. Jugó 18 temporadas con nueve equipos, incluyendo los Dallas Mavericks. En sus siete temporadas con los New York Knicks, fue clave para los dos equipos que avanzaron a las finales de la Conferencia del Este. Marcó un promedio de 8.1 puntos y 6.6 rebotes en 650 partidos en que formó parte del equipo titular antes de jubilarse en 2013.
Regreso a casa
Hoy en día, Thomas vive en Dallas y visita a menudo el gimnasio de Hillcrest High School, pero ahora como padre, para apoyar a su hijo Kurt Thomas, Jr. “Nunca soñé que mi hijo estuviera acá, pero me encanta cada momento”, dijo Thomas mientras afirmaba que nunca se pierde ni un solo partido de su hijo. Aunque Thomas considera que Kurt Jr. es mucho mejor atleta de lo que él llegó a ser, le inculca siempre la importancia de la humildad porque sabe de primera mano los desafíos que vienen con el deporte.
Este mes, Thomas fue reconocido por la escuela que fue un paso en su increíble carrera. Con su familia a su lado, presenció como retiraban el número de su camiseta. “Sé que no estaría aquí si no fuera por los sacrificios de los que vinieron antes de mí, así que espero poder ser ese ejemplo para los que vengan después”.