Un sueño se hace realidad en Paul L. Dunbar Learning Center

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El martes, 3 de mayo, Paul L. Dunbar Learning Center recibió su nueva “cancha de ensueño,” gracias a Nancy Lieberman Charities, en colaboración con Dallas ISD, Tiger 21 y el Departamento de Policía de Dallas. Esto fue posible gracias a una donación de $160,000 que fueron destinados a la cancha de básquetbol al aire libre de última generación, balones nuevos y murales pintados a mano en el piso con juegos infantiles como el burro y rayuela. Más de 15 escuelas del distrito se han beneficiado del programa Dream Court™, entre ellas, Stevens Park Elementary School y Jesús Moroles Expressive Arts Vanguard en 2021.

El director de Paul L. Dunbar Learning Center Alpher Garrett-Jones abrió la ceremonia de inauguración del martes, seguido por el comandante Leroy Quigg, del Departamento de Policía de Dallas; Ryan Pearson, miembro de Tiger 21-Dallas; y Nancy Lieberman, miembro del Salón de la Fama y atleta olímpica en dos ocasiones. Lieberman es la segunda mujer que fue contratada por la NBA como entrenadora asistente, por los Sacramento Kings, y la primera entrenadora mujer de Power, un equipo de baloncesto profesional masculino de la liga BIG3.

Si bien Lieberman llegó a la cima como deportista y desde entonces se ha esforzado por ayudar a comunidades en todo el país, relató que su infancia no fue tan glamurosa. “Lo mejor es que no me desanimé cuando la gente me decía que no podía: ‘Nancy, no puedes jugar con el equipo olímpico. Nancy, no puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro. Por supuesto que no puedes ir a la universidad, no eres lo suficientemente inteligente’. Pero no solo fui a la universidad, sino que formé parte del equipo que ganó dos campeonatos nacionales consecutivos y fui dos veces jugadora del año en el ámbito del baloncesto universitario,” agregó.

No permitió que sus desventajas la definieran, sino al contrario: utilizó el deporte como una herramienta positiva y encontró disciplina en su interior. De pequeña, veía a Muhammad Ali, considerado uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, como una inspiración y les contaba a sus compañeros que él le estaba cambiando la vida. De esta misma manera, Lieberman espera ser una luz para los chicos a los que les cuesta creer en sí mismos o que necesitan un empujón extra para alcanzar sus metas. “Hoy la gente me ve triunfante con mis medallas y dice: ‘eso no le pudo pasar a ella’. Pues sí, me pasó, y no soy una víctima, soy una vencedora, porque superé mi situación. Hubo buenas personas en mi vida, y el deporte me ayudó a triunfar.”

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