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Para la Dra. Lourdes Garduño, directora de Winnetka Elementary School, la actividad extracurricular de robótica competitiva es un elemento que ofrece experiencias y oportunidades muy potentes en el campo STEM para todos los estudiantes del distrito, independientemente de su código postal o de los ingresos socioeconómicos de su familia.
Localizada en el norte de Oak Cliff, Winnetka es una escuela primaria de la comunidad con un programa para estudiantes talentosos y dotados. El 90% de la población estudiantil proviene de hogares de bajos ingresos, el 98% de ellos son hispanos y el 55% de sus estudiantes son considerados aprendices de inglés.
Desde que Winnetka adoptó el programa de robótica en 2016, la escuela ha formado dos equipos reconocidos a nivel nacional: el original de niños y niñas, 224X, y el de sólo niñas, 224G, que se desarrolló en 2019 después de que el 224X tuviera demasiados miembros. Entre los dos equipos han ganado premios en todas las competencias estatales, han obtenido dos premios en los campeonatos nacionales y se han destacado a nivel internacional en cuatro ocasiones al quedar como finalistas o recibir un reconocimiento especial en la competencia VEX Robotics World Competition.
La robótica sirve como introducción temprana a la ingeniería y la mecánica, así como a la construcción y la programación, pero va mucho más allá, dijo Garduño. Los equipos elaboran sus propios diseños antes de las competencias y perfeccionan sus robots para que realicen las tareas con eficacia y sin problemas. Durante los campeonatos, los estudiantes realizan trabajo en equipo y a menudo se enfrentan a situaciones de gran intensidad en las que tienen que resolver problemas bajo presión. Como parte de su puntaje general, tienen que explicar con éxito su diseño por escrito y también hacer una presentación para los jueces.
“Estos alumnos incorporan estas habilidades a su vida, dentro y fuera del salón de clases, y es una de las razones por las que seguimos apoyando el programa”, dijo Garduño. ” Todo estudiante, independientemente de sus ingresos socioeconómicos o de su lugar de residencia, se merece estas experiencias que los preparan para sus futuras carreras. Más allá de ser un club, la robótica es un esfuerzo por lograr la equidad que proporciona a todos los estudiantes la oportunidad de avanzar en las áreas de ciencias, ingeniería y matemáticas. Estamos construyendo esa base para los futuros ingenieros”.
Beneficios inesperados
Hace siete años, la robótica competitiva era sólo una idea que circulaba por la escuela. Cuando Garduño le mencionó la idea de crear un club a Jeremy Williams, el maestro de estudiantes talentosos y dotados de Winnetka, él se ofreció, sin dudar, a dirigir el proyecto. Desde entonces, ha observado un patrón en los estudiantes que participan en la robótica: sus calificaciones en general aumentan.
“La robótica aplica a todo el currículo y a todas las materias”, dijo Williams. ” Hoy saqué a un alumno de clase por un asunto relacionado con la robótica y su maestro me dijo ‘haz que siga haciendo lo que está haciendo, porque tenía dificultades y ahora lo está haciendo notablemente bien’. Y no es la primera vez que me dicen algo así”.
“Los estudiantes de segundo a quinto grado se reúnen después de clases para participar en la robótica competitiva todos los miércoles y jueves, de 3:20 p.m. a 4:30 p.m., aunque en ocasiones se quedan hasta las 5:30 p.m.”, dijo Williams. En su salón, algunos miembros de 224G y 224X diseñan robots y rutas en papel. Otros trabajan en sus Chromebooks codificando los comandos. Y los compañeros más experimentados practican la forma de manejar el robot para perfeccionar las funciones que tendrán que realizar en las competencias.
“Según los datos de años anteriores, comprobamos que estos alumnos mejoran sus calificaciones y su autoestima”, dijo Williams. “Están aprendiendo STEM, y más. Les toca hablar frente a los jueces y ponerse a trabajar en parejas con concursantes que no conocen, y que a veces ni siquiera hablan el mismo idioma que ellos. Están aprendiendo a mejorar la escritura y tienen que leer e investigar. Tienen que hacer todas estas cosas, ¡y además es divertido! Una vez que el cerebro hace clic, empieza a hacer clic en otras áreas”.
Además de inspirar a los estudiantes a aprender, la robótica competitiva ha impulsado la participación de los padres. Los estudiantes de Winnetka suelen viajar para competir fuera del estado. Y aunque el Departamento STEM de Dallas ISD cubre todos los gastos de viaje de los estudiantes, los padres han creado un Booster Club para poder cubrir los gastos y regalar a sus hijas e hijos uniformes de robótica en Winnetka.
Abigail Segovia, estudiante de quinto grado, es la hija del presidente del Winnetka Robotics Booster Club. El interés de Abigail por la robótica surgió cuando su hermana mayor, que actualmente está en octavo grado, se unió al club de robótica hace cuatro años. Ir a las competencias con sus padres para apoyar a su hermana y ver el compañerismo entre los estudiantes inspiró a Abigail a unirse al club cuando estaba en segundo grado.
“Cuando empecé en segundo grado, me dejaron hacer las tareas de principiante”, dijo Abigail. “En tercer grado, aprendí a construir robots. En cuarto, aprendí a programar. Y ahora, en quinto, soy una de las pilotos. Entre más tiempo te quedes, más aprendes y más puedes hacer. Y aunque solo ayudes en las funciones pequeñas, formas parte de un equipo y te sientes incluido. Ahora mi equipo es como mi familia”.