Dos estudiantes de quinto grado prepararon más de 200 paquetes con artículos indispensables y los donaron a adolescentes quienes enfrentan la falta de vivienda.
Penelope Roeschley y Tah’kiyah Cotton de Preston Hollow Elementary se propusieron ayudar a algunos de los estudiantes más vulnerables de Dallas ISD como parte de un proyecto escolar.
Cada año, los estudiantes de quinto grado de Preston Hollow realizan un proyecto de presentación final para el programa de Bachillerato Internacional (IB, por sus siglas en inglés). Los estudiantes aprenden sobre asuntos que afectan a las comunidades a nivel local y mundial y se les anima a que tomen acción. Después de ver que hay personas que no tienen techo, las estudiantes se sintieron obligadas a hacer algo al respecto.
“Es triste ver a gente en la calle pidiendo dinero o comida”, dijo Roeschley. “La mayoría de las personas no les dan nada, así que quería hacer algo para ayudar”.
Penelope y Tah’kiyah entrevistaron a varios funcionarios del distrito y miembros de la Junta Escolar para aprender sobre la indigencia que existe en Dallas ISD.
“Tenemos estudiantes en las escuelas que no tienen un hogar”, explicó Amanda Grimm, maestra de quinto grado en Preston Hollow Elementary. “Entre más investigaban las estudiantes sobre la falta de vivienda, más se daban cuenta de que es un problema que afecta a todo tipo de estudiantes”.
Las jóvenes repartieron volantes y un video en su comunidad, lo cual inspiró a la gente a participar en su campaña de donativos. Originalmente, habían planeado llenar unas 100 bolsas de calcetas, productos de higiene y otros artículos de primera necesidad. Sin embargo, fue tanto el apoyo que recibieron que pudieron completar 225 paquetes.
Las bolsas fueron entregadas a Preston Hollow Elementary, Francisco “Pancho” Medrano Middle School, Benjamin Franklin Exploratory Academy y cuatro preparatorias: Hillcrest, North Dallas, Thomas Jefferson y W.T. White. Los consejeros escolares recibieron los paquetes y los entregaron en privado a los estudiantes más necesitados.
“Regalar estas bolsas fue de lo más divertido porque pudimos hacer feliz a otra gente”, dijo Cotton. “Quise ayudar porque conozco a personas que, en algún momento, se han quedado sin hogar y que tuvieron que quedarse con un familiar hasta encontrar uno”.