
Daniela R., porrista y estudiante de 12.º grado, muestra todos los días que el orgullo que siente por su escuela se puede expresar con más que solo palabras.
Daniela nació con pérdida de audición, pero nunca dejó que eso la detuviera. Forma parte del equipo de porristas desde noveno grado, y, anteriormente, participó en otras actividades como baile y pista.
“Me encanta alentar a la gente”, dijo Daniela en lengua de señas.
Y cuando de los partidos de los viernes se trata, no hay nada que le guste más. Le brilla la cara con entusiasmo al describir lo que siente los días que hay partido.
“Me despierto emocionada siempre que es día de partido”, dijo.
Entre bailes y pompones, su pasión es prominente. Como cualquier otro deportista, Daniela ha lidiado con dificultades en el camino.
“Ha habido momentos desafiantes, y puede ser un poco duro. Era duro no poder oír, pero se me hizo fácil seguir las rutinas”, dijo.
Pese a los obstáculos, Daniela es irrefrenable. Ejecuta las rutinas de animación con su equipo, y brilla mientras interpreta el himno nacional en lengua de señas y las letras de los cantos de los porristas.
Ashley Johnson, su entrenadora, dijo que este equipo se destaca, pero que Daniela ha dejado una impresión inolvidable.
“Ella trae un aire nuevo”, dijo. “Siempre tiene buenas sugerencias, y tiene buen ojo para muchas cosas que la mayoría no ve”.
Johnson tiene un equipo de 30, y espera de Daniela lo mismo que espera de los demás. Daniela sigue sus rutinas favoritas, captando fácilmente las directrices de su entrenadora.
“Llevo 16 años en el campo de la educación, así que adaptarme a las necesidades de los estudiantes para mí no es nuevo. Daniela es capaz, así que no tengo por qué tratarla como a una persona con una discapacidad”, dijo Johnson.
No sorprende que, con sus capacidades y determinación, Daniela tiene grandes metas para cuando se gradúe.
Piensa ir a la universidad e incluso poner a prueba su pasión por la cocina al participar en competencias gastronómicas. Ha requerido mucha práctica y apoyo para llegar adonde está hoy, pero está agradecida por la ayuda que ha recibido en el camino y los aprendizajes que se lleva.
“Aprendí a perseverar. Siempre he hecho lo que he necesitado hacer”, dijo Daniela.