En cuanto Ashanti H., estudiante de último año en W.T. White High School, pisó la cancha del equipo de fútbol femenino de Borussia Dortmund en Alemania, se aprendió el lema del club: “echte Liebe”, o “amor verdadero” en alemán.
Para los fanáticos del Borussia, estas palabras capturan su pasión por su equipo. Para Ashanti, tienen un significado distinto. Su amor por el fútbol la ha guiado en la vida y moldea sus aspiraciones a futuro.
Originaria de Richardson, Ashanti empezó a jugar de pequeña, inspirada por el amor de su familia por los deportes.
“Juego fútbol desde que era chica”, dijo. “Mi mamá me puso en básquetbol, como ella era basquetbolista, y a mí también me gusta, pero el fútbol era el deporte que realmente amaba”.
En su infancia, Ashanti asistió a varias academias de fútbol y encontró su lugar en el campo como delantera, por la sensación que le daba anotar un gol.
“Me encanta anotar goles; es la mejor sensación del mundo”, dijo. “Como delantera, siempre estoy mirando por encima del hombro, encontrando un hueco, aprovechando la primera oportunidad. Después de un gol, no veo la hora de marcar otro”.
Después de pasar primaria y secundaria en Richardson ISD, la familia de Ashanti se mudó a Pleasant Grove. Pasó dos años en Skyline High School antes de trasladarse a W.T. White. Al principio, no fue fácil adaptarse al cambio y a los desafíos de ser estudiante y deportista a la vez.
Ganarse el respeto de un nuevo equipo tomó tiempo también.
“De primero me trataron como novata, pero en cuanto me vieron en práctica y el primer partido, supieron que era buena”, dijo Ashanti.
Su ambición no solo está en la cancha. También está en sus estudios.
“Soy futbolista, pero el estudio viene primero”, dijo Ashanti.
Su empeño con ambas cosas es reconocido por quienes la rodean.
“Muchos deportistas se conforman con solo aprobar”, dijo Jason Riffe, su técnico. “Ashanti quiere sobresalir en ambas cosas, y esa ambición hace que se destaque”.
Sus compañeras piensan lo mismo, pues votaron por ella como capitana esta temporada. Ashanti saluda a todas las nuevas compañeras del equipo, reafirma los estándares y es la mano derecha del entrenador Riffe sobre la cancha.
“Tenerla en la cancha es como tener una entrenadora más”, dijo Riffe.

Luego de llegar a Europa después de un largo vuelo desde Dallas, el equipo se puso inmediatamente a practicar. Las exigencias eran significativas, pues desayunaban al amanecer, hacían dos sesiones al día y se disputaban partidos amistosos. El choque cultural también fue significativo.
“Me costó estar siete horas adelantada”, dijo Ashanti. “Solo podía llamar a casa ya noche cuando mi familia se estaba despertando”.
Pero el desafío resultó transformador.
“Al principio estaba tensa, cuestioné si pertenecía ahí, pero luego me dije que me lo había ganado y que debía demostrar por qué. Entonces me relajé, jugué naturalmente y toda la experiencia fue increíble. Literalmente viajé al extranjero por fútbol”.
Su próxima etapa será en Prairie View A&M University, donde estudiará Biología y jugará fútbol con una beca de la División I, con el objetivo de jugar profesionalmente después de recibirse. El campus era el correcto para ella: está lo suficientemente cerca de Dallas y su familia, está comprometido con el apoyo estudiantil y es rico en comunidad.
“De los lugares que visité, ese fue el que sentí más como mi hogar”, dijo Ashanti. “Me parece que tendría mucho apoyo, y si el fútbol se me fuera a acabar mañana, igualmente tendría éxito porque ese lugar sin dudas es como mi cultura”.
Su familia ha sido un pilar en su carrera, pero dos mujeres, su abuela y su madre, sobresalen por el apoyo que le han dado a sus incansables esfuerzos.
El legado que espera dejar en W.T. White es sencillo.
“Esfuércense”, dijo. “El esfuerzo vence al talento cuando el talento no basta”.
Esa frase, que ha cobrado vida en los salones, la cancha y al otro lado del océano, será patente en el programa de fútbol de W.T. White desde hoy y para siempre.