Sean estudiantes de prekínder o de preparatoria, un saludo, un “choca cinco” o un simple apretón de manos puede hacer una gran diferencia para los estudiantes en cuanto entran al salón de clase.
Dos maestras de Dallas ISD se han percatado del poder que tiene un saludo para establecer lazos duraderos con sus estudiantes y ayudarlos a triunfar.
Dipcianet Galán, maestra en Wilmer-Hutchins Elementary School, saluda a sus estudiantes de tres años a la puerta de su salón cada mañana. Les pide escoger entre cuatro saludos y repasa la letra del día con ellos, en español o en inglés, según el idioma natal del niño.
“El saludo tiene un gran impacto en su día”, dijo. “Hace que el día empiece bien”.
Galán lleva 15 años como maestra, profesión que empezó a ejercer en Puerto Rico. Asistió a una feria de empleo de Dallas ISD en la isla luego de que su esposo viniera a Dallas por trabajo. Fue contratada como maestra en uno de los centros socios del distrito en que se enseña prekínder y, hace dos años, empezó a trabajar en Wilmer-Hutchins Elementary School.
Galán dijo que sabe distinguir el humor en que están sus escolares por el saludo que escogen, momento que también aprovecha para darles un elogio o halagar su nuevo peinado o sus zapatos. Ella sabe que, además de marcar una buena nota para empezar el día, el saludo le permite leer el estado de ánimo de los estudiantes. Asimismo, es un momento de aprendizaje para los pequeños.
“Escoger algo es un logro importante para un niño de tres años”, dijo. “Estas son muy buenas habilidades que deben aprender porque las pueden aplicar en el mundo real. Adquieren destrezas verbales y sociales esenciales. No importa la edad: es importante que posean un sentido de quiénes son, saber que a alguien más le importan, ser confiados y poder expresarse”.
Pese a la considerable diferencia de edad entre los estudiantes de prekínder y los de preparatoria, Liyah Joseph, maestra en el Instituto de Profesiones del Este, dice que también ve los efectos que tiene un saludo en los adolescentes al comenzar cada clase.
Sabe que, igual que en prekínder, que alguien los salude a la puerta mejora su asistencia y los anima a llegar a tiempo. El saludo establece un compromiso entre estudiantes y maestros, sin importar la edad.
“De primero, solo venían y se sentaban”, dijo Joseph.
Joseph, quien lleva dos años en el Instituto de Profesiones del Este, dijo que una de sus primeras metas en la escuela era establecer una mejor conexión con los estudiantes.
Al principio, le costó hacerlo, pero luego experimentó con el saludo y encontró que era una buena manera no solo de empezar la clase, sino también de desarrollar confianza con los estudiantes.
“Cambió el humor del ambiente, estableció un vínculo y nos permitió conectar individualmente”, dijo. “No están acostumbrados a que les hablen al principio, pero luego su manera se transforma. Con el tiempo, se abren más. El saludo puede parecer algo pequeño, pero en realidad, es muy importante”.
Tal como Galán, Joseph usa el saludo para medir cómo se sienten sus alumnos, y si ve que alguno está pasándolo mal, habla con él antes de iniciar la clase y antes de que afecte a alguien más. Vea un video de cómo saluda a sus alumnos aquí.
“En prekínder les encanta, pero también es algo que les gusta de adolescentes”, dijo Joseph. “Ojalá más maestros de preparatoria lo hicieran. Un día se me olvidó y se quedaron esperando cerca de la puerta hasta que salí a saludarlos. A mí también me gusta esperar en la puerta. Me pone de buen humor”.