Al crecer en un hogar donde algunos temas eran tabú, Rosalynn C., estudiante de último año de Skyline High School, decidió ser el cambio que quería ver en su comunidad. Cuando entró por primera vez en una de las preparatorias más grandes de Texas, fue un poco abrumador para alguien que acababa de salir de una escuela secundaria con menos de 40 estudiantes en su clase de octavo grado.
“Llegar de una escuela tan pequeña a Skyline donde hay al menos 1,000 estudiantes en cada grado fue aterrador, y tuve que pasar por muchas transiciones”, dijo Rosalynn. Pero después de lograr su equilibrio, se dio cuenta de que la moda era su vocación, y pronto encontró una manera de usar esa vocación para promover la imagen corporal positiva para otras chicas.
Durante el primer año en la clase de moda de Skyline, los estudiantes deben tomar cursos de diseño de modas y mercadeo de modas y decidir al final del segundo semestre qué ruta tomar. Con su amor por la moda, la comunidad y los negocios, Rosalynn se sintió atraída por el mercadeo de modas. Se unió a DECA (anteriormente Distributive Education Clubs of America), una organización que prepara a los estudiantes para convertirse en líderes emergentes y empresarios de mercadeo, finanzas, hospitalidad y administración.
En su tercer año, durante el cual su equipo clasificó para los nacionales en la competencia DECA, Rosalynn sabía que había tomado la decisión correcta. Ella y sus compañeros de equipo presentaron su proyecto en la categoría de “donaciones comunitarias”. “Queríamos hacer algo que ayudara a esta comunidad de alguna manera”, dijo. Su plan de 20 páginas se centró en los vestidos y la imagen corporal positiva e involucró conseguir que se donaran vestidos para estudiantes en Skyline.
Con ese primer año de competencia nacional, Rosalynn y sus compañeras de equipo decidieron llevarlo a un nivel superior y presentarse en la misma categoría, pero con una nueva idea y mucho más trabajo. “Se nos ocurrió el proyecto ¨Happy flow¨, destinado a asegurarnos de que las niñas se sintieran cómodas con sus cuerpos mientras estaban en su ciclo menstrual”, dijo. “Es un tema tabú en mi casa, pero con esto, puedo ayudar a las niñas que pasan por lo mismo que yo fuera de la escuela”.
Con este proyecto, durante su último año, ella y el equipo nuevamente se clasificaron para la competencia nacional DECA. Como parte de su proyecto, pudieron recolectar más de 2,000 productos femeninos para donar a un orfanato y a personas sin hogar y mujeres en el área.
Unirse al equipo de DECA y al área de mercadeo de modas ya ha puesto a Rosalynn en un camino hacia el estrellato en su carrera. “Al elegir este camino, me graduaré con 18 créditos universitarios y estaré adelantada”, dijo. “DECA realmente me hizo amar esta área y estoy muy agradecida de que me haya mostrado cómo puedo ayudar a mi comunidad”.
Saber que podía elegir una carrera que le permitiera servir a su comunidad y a su familia mientras que también le permita mantenerse económicamente, solidificó su elección. Rosalynn trabajó duro, dedicando su tiempo y energía para ¨remendar¨ un futuro para ella y su comunidad, y se le ofreció una beca para St. Mary’s College of Notre Dame.
Le da crédito a su maestra de mercadeo de modas, la señora Lark, por crear un espacio seguro, saber lo que es estar en su lugar y ser agradable y diferente en los últimos dos años mientras se preparaba para sus próximos pasos en la vida. “Ella realmente nos impulsa a dar nuestro mayor esfuerzo el 100 por ciento del tiempo”.
“Le aconsejaría a cualquiera que venga a esta escuela que no esté seguro de qué hacer, que pruebe el mercadeo de modas”, dijo Rosalynn. Y otro consejo: “Soy procrastinadora de corazón, y eso es lo primero que no debe hacerse. Por favor, descansa y no tengas miedo”