Cómo la lectura puede transformar la vida de los estudiantes

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José Fernando Loaiza nunca pensó que sería maestro, pero cuando entró por primera vez en el salón de clases, no tardó en darse cuenta de que estaba donde debía estar. Hoy, 20 años después, Loaiza apuesta por el amor que le tienen los estudiantes a la lectura para transformar sus vidas y vivir momentos inolvidables en San Jacinto Elementary School.

“Me encanta mi trabajo”, dijo Loaiza, quien da clase a estudiantes de segundo grado como maestro bilingüe. “La docencia es una vocación. No es para todos, pero si se hace bien y con pasión, podemos terminar cada día sabiendo que tuvimos un buen impacto en alguien más. Como maestro, ayudar a los demás es una pasión que me inculcaron de niño, la cual pervive aún hoy”.

Loaiza, quien fue nombrado maestro de escuelas del año 2022 de San Jacinto, está dedicado no solo al éxito de los estudiantes, sino al de la comunidad escolar entera. Hubo un día en que Loaiza quería animar a un estudiante a que hallara un espacio tranquilo donde leer en casa cuya respuesta lo llevó a crear el club de lectura extraescolar.

“Me miró directo a los ojos y dijo: ‘Viven nueve personas en mi casa. No tengo espacio’”, dijo Loaiza. “Uno se olvida de que algunos están en estas situaciones, así que busqué encontrarles un espacio de lectura”.

Loaiza reunió a su familia y a otros maestros, desocuparon un salón modular que estaba sirviendo de almacén y consiguió donaciones de sofás, arte, bolsas para sentarse y otros muebles. Hoy en día, afirma que de 20 a 30 estudiantes pasan al salón con regularidad los martes, miércoles y jueves, y ahí tienen 40 minutos para leer en silencio y 20 minutos para divertirse.

“Es un espacio en el que pueden leer lo que quieran y sentir aquella alegría de leer en silencio”, dijo Loaiza. “Como no lo usamos durante el día, la psicóloga escolar tiene sus sesiones en el salón. Me contó que es maravilloso porque no se siente como si estuvieran en la escuela. Me gusta ver que este proyecto esté ayudando a otra educadora en su trabajo”.

Loaiza, quien fue basquetbolista, también tuvo la inspiración de abrir un club de básquetbol femenino el año pasado para la escuela. Empezó con tan solo siete estudiantes, pero el grupo pronto abarcó unas 25 de cuarto y quinto grado, y tiene planes de crear un club similar para chicos.

Sus esfuerzos por crear espacios seguros, interesantes e interactivos para los estudiantes no han pasado desapercibidos.

“El Sr. Loaiza va más allá de los posible por la escuela y considera a todos los estudiantes como suyos”, dijo Ashley Combs, su colega en San Jacinto. “Lidera con pasión y los demás lo admiran por ello. Siempre que puede alegrarle el día a un niño o maestro, lo hace. Cree que todo es posible para los estudiantes y no se conforma con lo que no sea lo mejor. Estamos agradecidos de contar con un educador tan abnegado, apasionado y empoderador como él en nuestra escuela”.

La directora Sarah Hafley-Mendoza agregó: “Es un honor para nosotros ver la pasión y dedicación del Sr. Loaiza todos los días. Su impacto es verdaderamente infinito. Su interés por los estudiantes, el personal y la comunidad hace una gran diferencia. ¡Gracias por ser tan inspirador!”.

Al cabo de todo, Loaiza nunca cejó en lo que considera la pasión del docente: ayudar a los demás.

“Queremos que San Jacinto sea una de las mejores escuelas de Dallas ISD”, dijo Loaiza. “Tenemos un equipo fuerte de maestros, administradores maravillosos y una comunidad maravillosa. Esa es una de las muchas razones por las que estoy aquí: quiero mucho a esta comunidad, a los padres y a los estudiantes.

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