Michael Dixon-Peabody, maestro de Ciencias Sociales en Thomas Jefferson High School y patrocinador de la Alianza Gay-Heterosexual (GSA) de la escuela, TJ Pride and Equality, conoce la importancia de tener un espacio seguro donde los estudiantes sean libres de ser quienes son.
En el Mes del Orgullo, Dixon-Peabody aprovechó la ocasión para reflexionar sobre el papel importante que juegan las GSA en la vida de los estudiantes que se identifican como LGBTQ. Dallas ISD cuenta con 30 GSA, la mayoría en preparatorias, en las que participan también aliados heterosexuales que apoyan a sus compañeros.
“Cada estudiante viene buscando algo diferente”, dice Dixon-Peabody. “A veces, la GSA es un lugar seguro para que sean quienes son. Pueden vestirse como gusten, pintarse las uñas, hablar de los amores platónicos que les inspiran sus famosos favoritos o incluso ponerse al día con su anime favorito. Algunos estudiantes vienen a buscar quien los escuche, ya sea un amigo, un maestro o el grupo entero. Algunas de las mejores conversaciones en grupo han venido de alguien que necesitaba compartir algo o hacer una pregunta profunda. Las GSA también pueden informar a los estudiantes sobre los recursos que hay en la comunidad”.
Dixon-Peabody sabe por experiencia propia lo que significa tener un espacio seguro al que acudir. Estaba en secundaria cuando “me obligaron a salir del clóset y decirle a mi madre”, sabiendo que se enteraría de su orientación sexual cuando su hermano menor empezó a asistir a la misma secundaria. Aunque su madre no se sorprendió y lo tomó con calma, con su padre no fue así. “Nunca me sentí cómodo ni seguro en casa de mis padres por mi sexualidad. Pasé un verano viviendo en otro lugar porque no era seguro para mí vivir en casa de mis padres. Hoy en día ya no hablo con ellos”.
Fueron sus maestros en la preparatoria a quienes escogió como su nueva familia y quienes le abrieron camino para que él trabajara haciendo lo que hace hoy, dice Dixon-Peabody. “Les agradezco a mis maestros por hacerse cargo de mí y por salvarme la vida de muchas maneras. Participé en casi todas las organizaciones estudiantiles. En muchos sentidos, la escuela era mi hogar porque allí, podía ser quien era con toda seguridad”.
Aunque tuvo a los mejores maestros y un gran apoyo, dice: “Nunca tuve clases con un maestro abiertamente gay. Me aceptaban, pero nunca tuve un referente o maestro con el que pudiera identificarme a ese nivel. Una parte de mi trabajo en la escuela y mi pasión es ser un maestro abiertamente gay con banderas de orgullo que se presenta tal y como es todos los días para que así, los estudiantes vean que pueden hacer lo mismo”.
Una de las razones de crear una GSA en la escuela, dice Dixon-Peabody, es que los estudiantes tengan un espacio donde puedan expresar quienes son abiertamente. “Nuestros estudiantes son resilientes y han superado contratiempos una y otra vez”, dice del tornado que destruyó su escuela y los obligó a trasladarse a otro plantel, seguido por la pandemia de covid-19. Ya que un gran número de estudiantes asistió a clases virtuales durante el año escolar, muchos no se sentían cómodos expresándose en una videollamada por Zoom estando en casa con sus familias. “El tornado y el covid-19 hicieron que fuera imposible para algunos estudiantes acceder a un espacio seguro”, dijo Dixon-Peabody.
Puesto que el grupo no podía reunirse en persona durante la pandemia, empezó las llamadas horas de oficina de orgullo, durante las cuales abría Zoom para estar en línea por si un estudiante necesitaba hablar o precisaba de algún recurso.
Cuando empiece el nuevo año escolar, Dixon-Peabody buscará nuevas maneras para crear el plantel más abierto, seguro y acogedor para todo estudiante.
“Cuando empezamos la GSA, los estudiantes hablaron de que no sabían con qué maestros podían expresarse abiertamente en la escuela”, dijo. “Por ello, creé el programa Espacio Seguro. Cada año, envío un correo electrónico a todos los miembros del personal escolar para preguntarles si quieren un letrero que dice Espacio Seguro en inglés y en español con un arcoíris que pueden poner a la vista dentro y fuera de su salón. El año pasado también di letreros con pronombres. Hay más de 70 maestros y miembros del personal que tienen un letrero de Espacio Seguro en su área, además del de sus pronombres. Ese pequeño letrero tiene un gran impacto en los estudiantes, pues les deja saber que son libres de ser quienes son”.