Estudiante diseña prendas para sus compañeros, empieza negocio de ropa

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Kayla Clemmons, estudiante de sexto grado en Young Women’s STEAM Academy at Balch Springs Middle School (YWSA), ya sabe lo que es administrar un negocio.

Gestiona su propia empresa de diseño de ropa en su tiempo libre y además juega softbol en la escuela.

“Veo que mis compañeros compran camisas de $45 y les digo que mejor vengan conmigo y se las diseño por $20, ¡y se las dejo incluso mejor!”, dijo Clemmons.

Desde que lanzó Kayla’s Designs en diciembre, ha diseñado más de una veintena de prendas como camisetas, cubrebocas y suéteres. Clemmons vende sus productos a sus compañeros y también diseña unos cuantos para ella misma.

“Me gusta tomar las frases que la gente te dice y ponerlas en las prendas, o cosas con las que se identifica la gente, o algo que te hace pensar en alguien más. Yo puedo diseñar todo lo que le gusta al cliente”, dijo la estudiante. “Para mis amigos, he hecho camisetas de cumpleaños, como una que decía Birthday Queen in Quarantine. Le he hecho muchas camisas a mi padre, muchos cubrebocas a mis amigos, muchas cosas con diseños de K-pop. Le hice un cubrebocas a mi maestra de baile que dice One more time! Always alive!”.

Como todo empresario exitoso, ha aprendido a ahorrar un poco, gastar otro poco en suministros y usar el resto para darse un gusto. Pero una de las mejores recompensas es ver a sus compañeros llevar puestos sus productos, dijo la joven empresaria.

“Me hace sentir muy bien porque eso me dice que a la gente realmente le gusta lo que diseño, y que lo que hago los hace feliz”, dijo Clemmons.

Kayla Clemmons de Young Women’s STEAM Academy at Balch Springs Middle School diseñó la impresión de su máscara y suéter. La estudiante es dueña de Kayla’s Designs, una empresa de ropa.

Una familia de empresarios

El padre de Kayla, Keenanlan Clemmons, es el coordinador deportivo de YWSA y es propietario de un negocio de catering de barbacoa. Incursionó en el mundo de los pequeños negocios hace 12 años, y su hija ha sido su mano derecha desde hace algunos años.

Kayla ha ayudado a su padre a mejorar su comida evaluando su sabor, dijo el Sr. Clemmons. También se ha dedicado mucho a la presentación del producto, y le pone aluminio a las piernas de pavo, les pone papel de cera a los contenedores, amarra las bolsas y les pone el nombre de los clientes.

“Los últimos seis años, empezó a interesarse más en la barbacoa”, dijo el Sr. Clemmons. “Fue conmigo cuando hicimos la primera orden de catering. Así que cuando quiso hacer el proyecto de las camisetas, la quería apoyar como me apoyó a mí”.

Cuando el Sr. Clemmons escuchó que Kayla quería poner su propio negocio, la puso a prueba en cuanto a conocimientos y motivación. Le hizo preguntas sobre situaciones hipotéticas y averiguó qué planes tenía.

“La ayudé a empezar, pero sin que se diera cuenta. Todo lo que me dijo que quería hacer empecé a hacerlo”, dijo el Sr. Clemmons. “Un día, cuando terminó de ayudarme con una orden, le dije: ‘¡Feliz Navidad! ¿Quieres ser independiente? Toma las riendas y avísame cuando necesites ayuda'”.

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