Luego de ver que las suspensiones fuera de la escuela no ayudaron a un estudiante a mejorar su comportamiento, Temesghen Asmerom, director de Emmett J. Conrad High School, pensó de qué otras maneras su escuela podría responder efectivamente ante el mal comportamiento.
Asmerom, su equipo de liderazgo escolar y los maestros se esmeraron en encontrar maneras de responder a incidentes que pueden conducir a suspensiones fuera de la escuela, enfatizando a la vez el aprendizaje socioemocional durante el día. Gracias a esto, Conrad High School ha visto una reducción en suspensiones fuera de la escuela, sin dejar de lado la responsabilidad que los estudiantes deben asumir por sus actos.
“Que los estudiantes tengan que ir a casa, a un entorno que posiblemente forma su comportamiento y dónde están aislados y desconectados, no es la mejor manera de proceder en varios casos”, dijo Asmerom. “Rara vez los suspendemos. No es que no tengamos incidentes; solo que cambiamos de perspectiva y estamos tratando de implementar mejores prácticas”.
Funcionarios de Dallas ISD se han reunido con directores, maestros, padres y estudiantes para reconsiderar las suspensiones fuera de la escuela, sin dejar de utilizar el programa disciplinario de educación alternativa por infracciones graves. La Junta Escolar prohibió las suspensiones fuera de la escuela en 2017 para los estudiantes más pequeños que cometen infracciones de grado menor.
Vistos los comentarios de la comunidad, el distrito tiene la intención de dedicar fondos para que todas las secundarias y preparatorias tradicionales cuenten con un educador dedicado que trabajaría con los estudiantes que se han comportado de una manera que, en el pasado, los podría haber llevado a ser suspendidos fuera de la escuela. Estas escuelas contarían también con un centro donde se trabajaría con los estudiantes en su comportamiento y, al mismo tiempo, se los mantendría enfocados en sus estudios.
El distrito también está buscando capacitar a maestros y al personal sobre las mejores prácticas de aprendizaje socioemocional y resolución de conflictos, además de aumentar el acceso a consejería y servicios de salud mental.
“La idea es que si el estudiante se comporta de manera inadecuada, podemos aprovechar los sistemas de apoyo para descubrir por qué está comportándose así”, dijo Vince Reyes, superintendente asistente. “Queremos crear un sistema de apoyo y responsabilidad en lugar de que el estudiante simplemente se vaya a casa”.
Una perspectiva diferente
En una escuela, Melody Paschall, directora ejecutiva de Dallas ISD, se enfrentó a una situación con un estudiante que se rehusaba a seguir el código de vestimenta. En lugar de que el estudiante fuera enviado a casa, Paschall conversó con él y se enteró de que se estaba sintiendo excluido y estaba pasando por un mal momento en su vida personal. La escuela lo contactó con un clínico de salud mental y hoy en día el estudiante ha mejorado notablemente y sigue el código de vestimenta.
“No estamos diciendo que los estudiantes no van a tener consecuencias, sino que el enfoque es más sobre descubrir y tratar el problema desde la raíz”, afirmó Paschall.
