A Beruk Tsuhaye siempre le encantó la lectura mientras crecía en Uganda, pero nunca tuvo la oportunidad de leer libros nuevos en su país natal.
Ahora, como participante en el programa de verano para refugiados de Dallas ISD, Tsuhaye sonrió al hojear ejemplares de las novelas Percy Jackson y I Am Malala.
“Esta ha sido una gran experiencia”, dijo Tsuhaye.
El programa de verano para refugiados del distrito crea una comunidad solidaria para los niños inscritos en kínder a 5º grado que comparten experiencias similares al mudarse a un país nuevo.
Este programa académico y de enriquecimiento se enfoca en ayudar a los estudiantes a mejorar sus habilidades con el idioma, alfabetización y sociales a través de sesiones interactivas, educativas e interesantes.
Emile Irakoze, estudiante de quinto grado de Tanzania, sonrió al hablar sobre lo que más disfruta del programa.
“Es muy divertido y he hecho muchos amigos”, comentó Irakoze. “Quiero aprender sobre lo que sucede alrededor del mundo y en diferentes países”.
La meta es empoderar a los estudiantes para que tengan las habilidades necesarias para ser líderes efectivos en su comunidad y prepararlos para un año escolar exitoso.
La coordinadora del programa, Zeljka Ravlija, dice que muchos de los niños refugiados llegan al país habiendo interrumpido su educación académica o sin ni siquiera haber asistido a la escuela.
“Queremos asegurarnos que todos los estudiantes cuenten con los recursos adecuados y la misma oportunidad de lograr éxito”, dijo Ravlija. “Queremos prepararlos para que tengan un excelente año escolar”.
