Los salones de clases de Martha T. Reilly Elementary School están llenos de aprendizaje y diversión, aunque estamos en pleno verano. Estudiantes de kínder a quinto grado están participando en la primera academia Summer Achiever’s de Dallas ISD y esta escuela, junto a otras, está proporcionando a los integrantes de la Academia Docente de Certificación Alternativa Compass la preparación necesaria para que tengan éxito al momento de tener su propio salón de clases.
Los candidatos a maestros han terminado una semana de orientación intensiva que los prepara para la segunda fase de su capacitación, – cinco semanas de práctica docente, entrenamiento directo y el desarrollo de habilidades. Ellos ya se encuentran en salones de clases, con un mentor que les ofrece crítica constructiva y entrenamiento al momento para tener una experiencia más positiva.
Cindy Perea ingresó a la Academia Compass porque quería tener un impacto positivo. “Lo que me gusta más es que después de una semana de capacitación, entramos al salón de clases y podemos ensayar”, dijo Perea. “Me encanta que nuestro mentor nos da su opinión sobre cómo podemos mejorar y que podemos hacer diferente – me ha ayudado a sentirme más segura”.
María Pacheco es mentora y ha sido maestra por 23 años, 21 de ellos en Dallas ISD. Durante el año escolar tradicional tiene un salón de lenguaje dual de primer grado en Reilly, y a menudo se usa su salón de clases como ejemplo para otros maestros. Para ella, ser mentora va más allá de solo enseñar los mecanismos de la docencia. “Quiero que mantengan ese amor por la enseñanza que yo aún tengo después de 23 años”, declaró Pacheco.
“Me encanta el hecho de que puedan practicar durante el verano, para que obtengan experiencia”, dijo Pacheco. “Este año los padres tuvieron que inscribir a sus hijos, por lo tanto las habilidades de los estudiantes varían, lo que significa que tienen que usar la enseñanza diferenciada. Así es en realidad un salón de clases”, dijo Pacheco.
Los candidatos también reciben apoyo de un instructor, que los observa dentro del salón de clases al menos una vez por semana. Después se reúnen para hablar sobre las estrategias de manejo del salón de clases, y el instructor modela las habilidades para el candidato para integrarlas a su método de enseñanza.
“Los mentores e instructores son maestros con experiencia, y lo que están haciendo es evaluar a los candidatos para ver si tienen las cualidades básicas necesarias para ser un gran maestro, ver si interactúan, aceptan crítica, y mantienen altas expectativas para sus estudiantes”, explicó Nina Bhatia, supervisora de efectividad de maestros.
Esta experiencia también les ofrece a los subdirectores la oportunidad de ser directores. Carlos Walcott, subdirector de Charles A. Gill Elementary School, está viendo el valor del programa Compass como director de Reilly este verano. “Me gusta el hecho de que se les permite trabajar con estudiantes de Dallas ISD”, dijo Wolcott. “Podemos verlos interactuar, enseñando a los niños, y administrando y analizando evaluaciones. Pero también es una gran experiencia para los mentores e instructores, porque están ampliando sus habilidades de liderazgo y es algo que podrán poner en práctica en sus escuelas”.
Por las tardes, después de que sus estudiantes se van a casa, los candidatos toman un entrenamiento intensivo e interactivo y asisten a sesiones para mejorar sus habilidades. Para poder obtener su certificación probatoria al final del programa de capacitación, deben aprobar una evaluación rigurosa de desempeño, que garantiza que están preparados para tener su propio salón de clases.
El proceso no es fácil, pero así está diseñado. Sin embargo, lo que están descubriendo los candidatos a maestros del programa Compass, es que es enriquecedor. “El segundo día, cuando había terminado la clase, todos los estudiantes me abrazaron”, dijo Perea. “Eso me hizo sentir que sí estoy teniendo un impacto positivo – estoy marcando una diferencia en ellos.”